_
_
_
_

El ascenso al cielo del comisario Calabresi

El Vaticano inicia la beatificación del policía que inspiró la obra teatral 'Muerte accidental de un anarquista', de Darío Fo

Enric González

Dario Fo, dramaturgo y premio Nobel de Literatura, estrenó en 1970 una de sus más célebres piezas de teatro político: Muerte accidental de un anarquista. La obra se inspiraba en el extraño fallecimiento de Giuseppe Pinelli, un ferroviario anarquista y pacifista, caído de una ventana mientras era interrogado en la oficina del comisario de policía Luigi Calabresi. Esta obra contribuyó a convertir a Calabresi en un monstruo para la izquierda, en Italia y en toda Europa. Calabresi fue asesinado en 1972 por un grupo de extrema izquierda. La Iglesia católica italiana ha iniciado ahora el proceso de beatificación del polémico comisario.

Dario Fo, dramaturgo y premio Nobel de Literatura, estrenó en 1970 una de sus más célebres piezas de teatro político: Muerte accidental de un anarquista. La obra se inspiraba en el extraño fallecimiento de Giuseppe Pinelli, un ferroviario anarquista y pacifista, caído de una ventana mientras era interrogado en la oficina del comisario de policía Luigi Calabresi. Esta obra contribuyó a convertir a Calabresi en un monstruo para la izquierda, en Italia y en toda Europa. Calabresi fue asesinado en 1972 por un grupo de ultraizquierda. La Iglesia católica italiana ha iniciado ahora el proceso de beatificación del polémico comisario.

La tragedia de Pinelli y Calabresi constituye un símbolo de los terribles y más que convulsos años setenta en Italia, los "años de plomo" -en referencia evidente al cruce de disparos y bombas- que causaron cientos de víctimas.

Pinelli fue detenido inmediatamente después de un atentado en la plaza Fontana de Milán, ocurrido el 12 de diciembre de 1969, en el que murieron 16 personas y 88 sufrieron heridas. Sucesivos juicios fracasaron en la búsqueda de los responsables del atentado, pero todos los indicios apuntan ahora a la extrema derecha, en connivencia con sectores de los servicios secretos. En un primer momento, sin embargo, se sospechó de los anarquistas. Y Pinelli fue detenido, junto con otras personas.

Nunca se sabrá qué ocurrió en la oficina del comisario Calabresi. Un juez, parcial en el mejor de los casos, dictaminó que el anarquista había caído por la ventana a causa de un desmayo, aunque la trayectoria del cuerpo no fuera vertical. El veredicto de inocencia no libró a Calabresi de una feroz campaña de prensa. La opinión pública le dio por culpable. El comisario se sabía en el punto de mira del terrorismo de izquierda y la sentencia fue ejecutada con dos balazos el 7 de mayo de 1972, a la puerta de su casa. Varios miembros del grupo ultraizquierdista Lotta Continua fueron condenados por el asesinato, en otro proceso abundante en contradicciones y puntos oscuros.

Calabresi era un católico fervoroso. Había estado a punto de ordenarse sacerdote antes de ingresar en la policía, donde, según escribió en la época, hacía "falta un testimonio cristiano". Las primeras voces a favor de su beatificación surgieron, tímidas, poco después de su muerte. El sacerdote Ennio Innocenti empezó en 1996 a promover la causa y a recoger documentos a favor de la beatificación. Innocenti es, tras el nihil obstat concedido ahora por el cardenal Camillo Ruini, presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, postulador de la causa, según informó ayer el diario La Stampa.

Para conceder la beatificación, paso previo a la santidad, la Iglesia católica exige pruebas de que la persona en cuestión murió como mártir o ejercitó "de forma heroica" las virtudes cristianas. También exige pruebas de al menos un milagro ocurrido gracias a la "intercesión" del potencial beato. La viuda de Calabresi, Gemma Capra, definió a su marido como "un buen cristiano, un buen padre y un buen ciudadano", pero se declaró "estupefacta" al saber que se había abierto una causa de beatificación a su favor.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_