La visión de mil artistas
El mercado de la Ribera muestra las obras de escolares que visitaron una exposición
La planta superior del mercado de la Ribera, en Bilbao, muestra desde hoy las pinturas realizadas por los escolares que durante tres meses visitaron la exposición que la galería Epelde&Mardaras presentó en el mismo lugar con obras de 13 artistas contemporáneos. Son el resultado de las actividades didácticas en que participaron más de mil niños de tres a 12 años, procedentes de 14 escuelas de Vizcaya. A mediodía de hoy se celebrará la inauguración de la exposición de los menores, con invitados y refrescos para todos.
La galería seleccionó para la exposición en el mercado -una planta de 3.500 metros cuadradados, sin columnas y con luz cenital, fuera de uso- obras de José Luis Zumeta, Daniel Tamayo, Javier Soto, Ramón Zuriarrain, Juan Luis Goenaga, Juan Chillida, Fito Ramírez Escudero, Gonzalo Jaúregui, Daniel Tamayo, Joseba Eskubi, Marien Martínez Ureta, Wolf Hamm, Félix de la Concha y Ángel Masip. La muestra, inauguarada en noviembre de 2006 y clausurada el pasado mes de enero, fue visitada por aficionados, compradores y curiosos atraidos por la novedad de ver arte contemporáneo en un lugar pensado para vender pescado y verduras, pero el grupo más numeroso fueron los escolares que participaron en las visitas guiadas.
Una monitora condujo a los chavales por la exposición y al terminar les propuso reinterpretar lo que habían visto. "Se les proponía fijarse en una característica de cada artista", explica la galerista, Emilia Epelde. La propuesta más divertida fue la realización de retratos de los 13 artistas, manipulando fotocopias de fotografías con trazos de pinturas de color. En ocasiones, el parecido conseguido por retratistas de 10 años resulta sorprendente.
Una de las salas en las que ha sido dividido el espacio reúne obras de los 13 autores que participaron en la iniciativa y han dado pie a las reinterpretaciones de los escolares. Allí se puede ver una pintura de gran formato en la que Javier Soto había plasmado un bosque. Ahora sólo se ve un árbol y restos de lienzo chamuscado. Es el recuerdo de un incendio que destruyó las cortinas de uno de los ventanales y alcanzó a varias obras de Soto y Masip cuando ya estaban embaldas para su traslado.
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