46 países pactan prohibir las bombas de racimo
Cuarenta y seis países aprobaron ayer en Oslo una histórica declaración para prohibir en 2008 de la fabricación y uso de las bombas de racimo, causantes de miles de víctimas. España anunció que "participará activamente" en todos los foros que traten la cuestión. Noruega y Austria fueron más lejos al adoptar una moratoria y Bélgica anunció una prohibición.
Entre los que apoyaron la declaración se encuentran tres fabricantes -Francia, Alemania y Reino Unido-. Polonia, Rumania y Japón expresaron sus reservas al texto al considerar que el asunto debe tratarse en la convención de armas convencionales. La próxima reunión será en Lima, del 23 al 25 de mayo, para redactar un primer borrador.
Estados Unidos, Rusia y China, los mayores fabricantes mundiales, no acudieron a Oslo. Tampoco han firmado el Tratado de Ottawa, del que se cumplen 10 años, que prohibió las minas antipersona. Ese tratado ha sido ratificado por 155 naciones.
"Hemos superado las expectativas más optimistas", dijo ayer en conversación telefónica Susan Eckey, del Ministerio de Exteriores de Noruega, país organizador de la conferencia. "En el primer día había varios que tenían reservas. Hemos tenido que realizar un trabajo político, con las delegaciones y con los Gobiernos, para lograr este resultado. Estamos muy satisfechos", añadió.
Jody Williams, premio Nobel de la Paz en 1997 por su activismo contra las minas antipersona, dijo ayer: "Cuando empezamos la campaña contra las minas, nadie creyó que lo lograríamos. En cinco años conseguimos el apoyo de la gente y un tratado para prohibirlas. Por eso estoy convencida de que habrá otro sobre las bombas de racimo".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.