La estética de la resistencia
El grupo de teatro Animalario, reconocido por sus sólidos trabajos escénicos, se ha enfrentado a su mayor reto profesional. Poner en escena Marat-Sade, de Peter Weiss, texto mítico cargado de referentes, y hacerlo con el Centro Dramático Nacional por encargo de su director Gerardo Vera. En realidad se le pidió a su director Andrés Lima y él ha recurrido a su equipo habitual. Entre ellos los actores Alberto San Juan, Pedro Casablanc, Roberto Álamo o la escenógrafa y figurinista Beatriz San Juan. A ellos se han sumado, entre otros, Lola Casamayor, Javivi, Nathalie Poza, Tomás Pozzi, Pepe Quero, Miguel Rellán, Cecilia Solaguren y Fernando Tejero.
La noche del estreno el pasado jueves en el Teatro María Guerrero de Madrid se les aplaudió con ganas. Sobre todo un entusiasmado Alfonso Sastre, responsable de la versión. Aunque a la salida también hubo voces discordantes que señalaban la necesidad de acortar la obra, de no caricaturizar a los locos...
Teatro revolucionario
En su obra Weiss logró fusionar por un lado el teatro revolucionario de Piscator con una base marxista y por otro los nuevos lenguajes vanguardistas textuales y estéticos. Quizá en el trabajo de Lima la intencionalidad marxista desaparece ya que ha intentado hacerlo digerible para la época actual. Y ha debido conseguirlo. En las representaciones de estos días los más jóvenes aplauden entusiasmados en pie. Animalario ha hecho hincapié en los puntos en común que hay entre ellos y la obra: la rebeldía, la energía fluyendo y rebosando, el inconformismo... Sobre el escenario se ve aquella fuerza del teatro independiente español de los años sesenta. Queda en pie lo sustancial, el enfrentamiento entre Marat (Casablanc) y Sade (Alberto San Juan), entre lo privado y lo público, entre el individualismo y lo social, entre la revolución y la locura, entre el mundo decimonónico en el que transcurren los hechos que se narran y ese sugerente mar de sábanas y ropas blancas creado por la escenógrafa para que todos, sumergidos en ese trabajo profundamente coral que ha marcado el director, naufraguen y al tiempo se salven.
El también pintor y cineasta Weiss, un judío alemán nacionalizado sueco, es mundialmente conocido por esta obra de 1963 y largo título brechtiano: Persecución y asesinato de Juan Pablo Marat representados por el grupo teatral de la Casa de Salud de Charenton, bajo la dirección del Señor De Sade. Esta pieza metateatral llegó a España en 1968 con un histórico montaje de Adolfo Marsillach y la misma versión de ahora, aunque entonces Sastre firmó bajo seudónimo. Primero la prohibió la autoridad. Luego el propio Weiss, para protestar contra Franco. Cuando Marsillach hizo comprender al autor el flaco favor que hacía a los antifranquistas, quien dio el definitivo tiro de gracia al montaje fue Fraga Iribarne. También fue histórico el de Miguel Narros hace 13 años. Y la más memorable incursión: la de Peter Brook en el cine y el teatro, sin olvidar el acercamiento del Teatro de la Taganka de Moscú en el año 2000 con puesta en escena ¡y actuación con 82 años! del gran Yuri Lioubimov quien se inclinó por una estética de teatro pobre y músicos tocando rap, jazz, soul... Y es que Weiss imaginó la obra con una orquestina y cantantes. Lima los ha incluido con dirección musical de Miguel Malla y composiciones originales de Nick Powell.
Weiss vino a España tras la muerte de Franco para tomar notas para su inacabada gran novela La estética de la resistencia. Quería ver "el país donde se combate y se muere por ideas". Nadie mejor que los de Animalario para representar la actual "estética de la resistencia".
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