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La insurgencia iraquí emplea un nuevo método de atentados con bombas químicas

Las explosiones de bombonas de cloro provocan quemaduras, sensación de asfixia y la muerte

Yolanda Monge

La técnica ya se usaba en la I Guerra Mundial, y ahora ha sido rescatada por la insurgencia iraquí, que la ha puesto en práctica hasta tres veces. En la última semana, 12 personas han muerto y más de 200 han resultado intoxicadas al hacer explosión dos bombas de cloro gaseoso. A finales de enero, el cloro lo liberaba un coche suicida y morían 16 personas, según el Ejército de Estados Unidos, que manifestaba ayer desde Bagdad su temor a los nuevos métodos desarrollados por los terroristas. Mientras, el Ejército iraquí habla directamente de "estrategia de guerra sucia".

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En apariencia, no hubo nada especial o diferente en la explosión de un camión cisterna el pasado miércoles al sur de Bagdad. Excepto que por tercera vez en menos de un mes, la insurgencia parece haber utilizado una nueva técnica de ataque: detonar bombomas repletas de cloro, material que puede ser altamente tóxico en grandes cantidades y que es fácil de conseguir: su uso es muy común en el tinte de tejidos, la desinfección de piscinas o el blanqueo de papel.

Unas pocas horas después del ataque, los soldados estadounidenses medían la calidad del aire y acordonaban la zona. Los militares no llevaban máscaras, pero fuentes del hospital que recibió a los heridos averiguaron a través de pruebas médicas que se trataba de un ataque con cloro.

El miércoles, los muertos sólo fueron cinco pero los heridos se acercaban a 70. Hasta ahora, las explosiones sólo han "quemado" el cloro en lugar de "expandirlo". El mando militar estadounidense en Irak dijo ayer que en un registro realizado en las afueras de Faluya hace dos días, descubrieron dos factorías caseras para fabricar bombas de cloro tóxico y otras sustancias químicas.

Un oficial no identificado del Pentágono reveló ayer que el cloro podría ser el primer material en una larga lista de "armas sucias" que pueden llegar a ser muy efectivas para los insurgentes. Si nunca se encontraron las armas de destrucción masiva que justificaron la guerra en Irak, sí parece que la insurgencia ha dado con una alternativa para expandir el terror con armas tóxicas.

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"Es algo que, hasta donde podemos decir, es relativamente nuevo, pero no es la primera vez que utilizan el concepto de agregar artículos adicionales a explosivos para hacerlos más letales, dañar a más civiles y matar a más gente", sostuvo el portavoz del Ejército de Estados Unidos, el teniente coronel Christopher Garver.

Los insurgentes han recurrido a la historia: el cloro fue el primer gas letal usado en la guerra de trincheras que fue la I Guerra Mundial. Los alemanes encontraron un método de propagar este gas en el campo de batalla. El cloro, una vez enfriado y sometido a presión, se transforma en líquido, pero cuando se libera en la atmósfera se convierte a gran velocidad en un gas tóxico de color verde-amarillo, provocando quemaduras en la piel, sensación de asfixia, edemas, encharcamiento de los pulmones y la muerte. El gas, al entrar en contacto con las mucosas, se convierte en ácido.

El Ejército de EE UU en Irak ha interpretado así los nuevos ataques: "Es un intento muy primitivo de incrementar el terror e infundir el miedo entre los iraquíes".

Un herido en un atentado con una bomba de cloro yace el pasado martes en un hospital de Bagdad.
Un herido en un atentado con una bomba de cloro yace el pasado martes en un hospital de Bagdad.REUTERS

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Sobre la firma

Yolanda Monge
Desde 1998, ha contado para EL PAÍS, desde la redacción de Internacional en Madrid o sobre el terreno como enviada especial, algunos de los acontecimientos que fueron primera plana en el mundo, ya fuera la guerra de los Balcanes o la invasión norteamericana de Irak, entre otros. En la actualidad, es corresponsal en Washington.

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