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El proyecto del Born reduce la intervención arquitectónica a la mitad

El nuevo centro cultural de la Ribera se inaugurará a finales de 2009

Una intervención arquitectónica más liviana, un 50% menos que la inicialmente prevista, y una mayor apertura a la ciudad, en consonancia con su antiguo uso como mercado central. Sobre estos dos ejes se mueven las obras que convertirán al Born en un moderno centro cultural y un espacio público de referencia para el barrio de la Ribera. Fecha de inauguración, anunciada ayer por el concejal de Cultura del Ayuntamiento, Carles Martí: diciembre de 2009.

Tras sucesivos retrasos, motivados por la redifinición del proyecto museográfico, parece que la cosa va en serio. Incluso se han fijados las fases de la obra, que dirigen los arquitectos Enric Sòria y Rafael Cáceres. A principios de junio deberá completarse una plataforma de madera a cota 0, apoyada sobre 1.039 pivotes cuidadosamente ubicados para proteger los restos arqueológicos y permitir a continuación la restauración de la cubierta y de los muros perimetrales, que no debería prolongarse más de 24 meses, lo que permitiría la inauguración en diciembre de 2009.

Las novedades, presentadas ayer consisten en una considerable reducción de la intervención , limitada ahora a 4.000 metros cuadrados, un 50% menos que en el proyecto anterior. No habrá voladizo sobre el yacimiento, pero sí un pasillo perimetral a cota 0 y una pasarela que lo cruzará desde la entrada de la calle del Comerç hasta la Comercial. Estos espacios, que permitirán tener una vista de conjunto del yacimiento, serán de libre acceso diurno. Los dos amplios vestíbulos albergarán montajes ocasionales para actos ciudadanos, por ejemplo tribunas desmontables. Este carácter abierto es lo que ayer permitió hablar a Albert García-Espuche, responsable del proyecto museográfico, de "plaza abierta" que forma un eje con la catedral de Santa Maria del Mar, el paseo del Born y el antiguo mercado. En la misma cota se situarán tres espacios cerrados: uno para cafetería, librería y actos diversos; otro, para exposiciones temporales, y un tercero para la exposición introductoria permanente, antes de bajar desde allí al yacimiento, previo pago o registro de entrada. La visita a los restos, a cota -1, empezará así en la esquina de Comercial con Ribera y procederá en sentido horario. Fuera de la cubierta, está muy avanzada la construcción del edificio de la calle Comercial que acogerá la recepción, dependencias administrativas e instalaciones, que se comunicarán con el espacio central a través de un túnel. Además, todo el entorno será peatonalizado.

Pese a que la intervención que se ejecutará será menor de la prevista inicialmente, el presupuesto de la obra se mantiene sobre los 42 millones de euros. "Es una obra compleja, en la que fácilmente pueden surgir imprevistos", explicó el gerente del Instituto de Cultura de Barcelona, Jordi Martí. La gestión del centro correrá a cargo del Museo de Historia de la Ciudad. Este centro se encarga de la restauración y documentación de los más de 3.000 objetos y 500 monedas halladas hasta ahora. Está previsto que la Generalitat se integre más adelante en el futuro consorcio de gestión y participe en los gastos de explotación.

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