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Juicio por el mayor atentado en España

Uno de los procesados describe el primer contacto para la adquisición de la Goma 2

Rachid Aglif relata el encuentro en Madrid entre El Chino y el ex minero Suárez Trashorras

El juicio del 11-M entró ayer en los minutos de la basura. Los procesados que declararon tienen una implicación menor, aunque destacada, que la de los supuestos autores intelectuales y materiales de los primeros días. Sin embargo, alguno de ellos, como Rachid Aglif, El Conejo, describió los primeros contactos entre Jamal Ahmidan, El Chino, jefe del grupo del 11-M, con Emilio Suárez Trashorras del que, a cambio de drogas, supuestamente obtuvo los 200 kilos de Goma 2 robados en Mina Conchita y con los que se cometió la matanza. La delincuencia y las drogas, fuentes para financiar el atentado, entraron de lleno en la sala.

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Aglif se creyó el dicho de que la mejor defensa es un buen ataque y se hundió con todo el equipo. Lo único que llegó a demostrar es que él no es religioso, pero admitió haber estado presente en la reunión del Mc Donald's de Carabanchel en la que El Chino apalabró supuestamente con el ex minero Trashorras la adquisición de explosivos a cambio de drogas. Luego explicó que él iba acompañando a Rafá Zouhier a esa reunión y que no se enteró del contenido de la misma hasta que se lo contó Zouhier, porque se sentó aparte con Carmen Toro, esposa del ex minero. Aseguró que Zouhier le había contado que con la operación iba a obtener "zurraca" [hachís] y dinero.

Aglif negó que fuera persona de confianza de El Chino, pero reconoció que aceptó que le dejase 500 pastillas de éxtasis para que se las entregase a otra persona. Tampoco supo explicar las 21 llamadas que hizo a El Chino en días previos de los atentados de los trenes.

Aglif admitió que había contado que Zouhier estaba con Jamal Ahmidan en su casa, aunque luego reconoció que no era cierto y que lo había contado porque el primero había dicho "40.000 barbaridades" que le implicaban a él. "Lo dije para que se cague y se coma él solo este marrón", precisó. Durante su declaración, el presidente expulsó de la sala a Zouhier, que no paraba de hacer aspavientos.

Abdelilah el Fadual para el que el fiscal pide 12 años, es considerado un lugarteniente de El Chino, pero él explicó que era de confianza de todo el mundo. Luego precisó que cuando Ahmidan volvió de Marruecos se había radicalizado, pero que nunca le contó que iba a cometer un atentado. En la casa de dos de los suicidas, los hermanos Oulad, en Villaverde, vio vídeos de Bin Laden y de muyahidines, pero según dijo, se asustó porque eso es delito en Marruecos.

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Saed el Harrak, el procesado que quedó en libertad por el error del juez Del Olmo, y para el que el fiscal pide 12 años, tampoco tuvo su día. No pudo justificar su presencia con varios de los suicidas en Bargas y Mocejón (Toledo), donde los terroristas colocaron una bomba en las vías del AVE. Además, cambió radicalmente la versión de los hechos que había hecho ante el juez. El fiscal Carlos Bautista lo destrozó. La única explicación que ofreció es que tenía miedo, que su mujer estaba embarazada y tenía un hijo de 10 meses, por lo que decidió "mentir para salir [de prisión]".

El Harrak, al que se encontró un testamento del suicida Abdennabi Kounjaa, dijo que había prestado a éste su teléfono para que pudiera hacer algunas llamadas (a otros de los suicidas), pero el fiscal le hizo ver que era improbable, puesto que en ese mismo momento Kounjaa estaba haciendo llamadas con su propio teléfono. La enésima explicación que no supo dar fue por qué los papeles de su coche estaban en la casa de los suididas de Leganés. Larbi Ben Sellam, para el que el fiscal pide 27 años, que presuntamente ayudó a huir a Bélgica a Mohamed Afalah y Mohamed Belhadj, presuntos autores del atentado, negó y negó, pero sin credibilidad. No pudo explicar por qué una huella suya se encontró en un Corán hallado en el desescombro de Leganés.

Por último, Hamid Ahmidan, para el que el fiscal reclama 23 años, debió ver oscuro su futuro porque no quiso contestar a nadie salvo su abogado. Hamid, primo de El Chino, está acusado por el fiscal de financiar los atentados por medio del tráfico de drogas. En su poder se ocuparon 59 kilos de hachís y 125.000 píldoras de éxtasis. Hamid dijo que las drogas y el dinero ocupados en el registro eran de su primo Hicham, preso en Marruecos.

Mientras tanto, el tribunal prorrogó la prisión preventiva para Youssef Belhadj, Abu Dujanah, el supuesto jefe de Al Qaeda para Europa, en cuyo nombre se reivindicaron los atentados, y para Mohannad Almallah Dabas.

SAED EL HARRAK

"Mentí en mi declaración ante el juez porque tenía miedo de ir a prisión, porque mi mujer embarazada y mi hijo están solos en España"

"Viví un año en Mocejón, pero no conozco a la gente que puso los explosivos en las vías del AVE"

"No sé por qué la documentación de mi coche apareció en el piso de Leganés"

LARBI BEN SELLAM

"Encargué un teléfono para que Mohamed Afalah pudiera despedirse de su familia, pero no sé si murió en Irak"

"Yo declaré muchas cosas que no eran ciertas y dije que quería ir a Irak, pero no a suicidarme"

"Conocí a Said Berraj

y Mohamed Afalah en la mezquita de Villaverde,

y a Sarhane lo vi en la

de Estrecho"

HAMID AHMIDAN

"En Chinchón vi a Jamal, Kounjaa y a Rifat con una cosa cilíndrica con cables que ocultaron cuando yo llegué"

"En la finca de Morata de Tajuña nunca escuché explosiones, ni vi armas o explosivos"

"El Toyota Corolla [que pertenecía a Suárez Trashorras] estaba un día en la finca, pero Jamal no me dejó entrar"

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