El nuevo Centro del Diseño se instala en la sede del Museo Textil
En unos cuatro años se espera que estará terminado su edificio definitivo en Glòries
El Centro del Diseño de Barcelona comenzará a funcionar este año en una sede provisional, el actual Museo Textil y de la Indumentaria, hasta que dentro de unos cuatro años pueda mudarse al nuevo edificio que empezará a construirse en 2008. Será una de las piezas que compondrá la futura plaza de las Glòries de Barcelona, a un paso de la torre de las Aguas y formando parte de una composición urbanística que poco tendrá que ver con la actual. El anillo elevado desaparecerá y la plaza será cuadrada. La construcción del citado centro se solapará con la intervención en la plaza, que todavía se está discutiendo. Muy cerca, hacia el sur de Glòries, Indra levantará la que será su segunda torre en el 22@.
El Museo de Cerámica no se integrará en el nuevo centro, que en otoño inicia actividades MBM ha realizado ligeras modificaciones al edificio, de 25.000 metros cuadrados
La presentación oficial del Centro del Diseño de Barcelona, un nombre aún provisional, aportó ayer algunas novedades respecto a lo conocido. Lo más significativo es que mientras se construye su edificio definitivo en la plaza de las Glòries, cuyo proyecto arquitectónico ha sufrido algunas modificaciones interesantes, el nuevo equipamiento comenzará su andadura pasado el verano en lo que ahora es la sede del Museo Textil y de la Indumentaria, situado en la calle de Montcada. Las colecciones de este museo se trasladarán al palacio de Pedralbes, en donde ya está ubicado el Museo de Artes Decorativas en cuyo recorrido expositivo se integrará una selección de los fondos de vestimentas históricas. Será una especie de prefiguración de la colección permanente del futuro centro de Glòries, que podría comenzar a construirse en 2008 con el horizonte de que pueda estar finalizado en 2011.
Durante los próximos cuatro años, si se cumplen los plazos previstos, el Centro del Diseño desarrollará desde el corazón del barrio de la Ribera sus actividades, exposiciones y seminarios. Este año cuenta ya con un presupuesto de un millón de euros que el Ayuntamiento de Barcelona ha previsto duplicar en el próximo ejercicio. Tal como explicó ayer el comisario del proyecto, Ramon Prat, el nuevo centro se centrará en arquitectura (diseño de espacios); grafismo y comunicación; diseño de productos, y diseño de vestido (incluyendo moda). Éstas son las grandes áreas, pero cada una de ellas se abordará desde diversas perspectivas. Por una parte, será un centro de diagnosis de la situación actual del diseño mediante conferencias, talleres, publicaciones, etcétera. Esta actividad podrá comenzar de inmediato, y para este mismo año se pondrá en marcha la página web y una revista periódica. También habrá un laboratorio de experimentación cuyos resultados podrán verse, por ejemplo, en la edición de productos concretos y en la colaboración con las empresas. Naturalmente, habrá una parte museística que reunirá las colecciones actuales y las adquisiciones futuras de los actuales museos, especialmente del de Artes Decorativas y el Textil.
Como gran novedad, se supo ayer que el Museo de Cerámica no se integrará en el nuevo centro. La razón, además de la oposición de ceramistas y de la misma dirección, es que este museo municipal se ha orientado históricamente en la vertiente artística de la cerámica, algo que se desvincula mucho de la propuesta más funcional del nuevo centro. Lo que aún no está claro es sí cambiará de sede o podrá permanecer en el palacio de Pedralbes, un edificio que ha pasado a ser propiedad de la Generalitat. De hecho, ha sido este edificio histórico el que ha permitido iniciar las obras del Centro del Diseño, ya que a cambio de traspasarlo al Gobierno catalán para sus actos protocolarios, éste asume dos terceras partes (58 millones de euros) del coste de la construcción del edificio en la plaza de las Glòries. En el futuro se prevé que la Generalitat se integre en los órganos de gestión del nuevo centro y participe también en su financiación ordinaria, junto al sector privado.
El proyecto arquitectónico ha sufrido algunas modificaciones ya que en su momento (empezó a planearse en 2001) estaba previsto mantener el anillo viario en Glòries, que el diseño inicial sobrevolaba en un enorme voladizo. Al desaparecer el anillo, se especuló con la posibilidad de cambiar por completo la forma del edificio, pero el estudio Martorell-Bohigas-Mackay (MBM) ha decidido mantenerla a grandes rasgos aunque disminuyendo una planta -"para plantear un diálogo con la verticalidad de la Torre Agbar y no impedir la vista al parque de los vecinos de la zona", indicó ayer Oriol Bohigas-, y estrechando y compactando el cuerpo central.
Gran parte del edificio, de 25.000 metros cuadrados, estará semienterrado aprovechando el desnivel de la plaza respecto a los ejes viarios. Eso permitirá dar luz natural a los subterráneos (en donde se sitúan las colecciones permanentes, las reservas y la cafetería), que estarán iluminados también por unos grandes lucernarios que servirán a la vez de escaparates del museo sobre la gran plaza pública. La parte que sobresale del edificio está alineada con la calle de Ávila, en donde tendrá una de sus dos entradas principales, por encima de un lago rectangular. La otra estará situada en la plaza y dará a un vestíbulo superior conectado con escaleras mecánicas con el gran vestíbulo de entrada. Los espacios interiores no están muy definidos para que puedan ser polivalentes; en el exterior el revestimento será metálico e incluirá, en el frontal del voladizo sobre la plaza de las Glòries, una gran pantalla luminosa que será semitransparente, lo cual permitirá ver la actividad de la sala de actos, situada en la última planta.
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