Zapatero y Prodi se comprometen a trabajar para sacar la Unión Europea de su letargo

José Luis Rodríguez Zapatero y Romano Prodi, presidentes de los Gobiernos de España y de Italia, respectivamente, hicieron ayer un voto común para que la Unión Europea supere ya el punto muerto en que se ha visto sumida por la paralización del proceso de ratificación de la Constitución y se comprometieron a lograr que los Veinticinco "pasen de la reflexión a la acción, del estancamiento a la iniciativa", según Zapatero. Tras la cumbre hispano-italiana, Zapatero y Prodi anunciaron que se coordinarán, en especial, para defender en el mundo sus productos mediterráneos.

Aunque resulte sorprendente, no es habitual que un interés común tan relevante como es la agricultura meridional sea destacado de este modo en las cumbres anuales entre España e Italia, de las que la celebrada ayer en Ibiza hace el número 14. La agricultura ha sido incluso con frecuencia, por su vertiente competitiva, un tema de enfrentamiento entre dos países que dicen compartirlo todo en Europa. La misma tendencia negativa se ha manifestado con ocasión de los repartos de fondos comunitarios o en las grandes coyunturas políticas de la Unión, donde Italia tiende a alinearse estrechamente con los países grandes y a separarse de España, aunque las relaciones bilaterales fueran tan estrechas como se decía que eran en la etapa de José María Aznar y Silvio Berlusconi.

Ahora, en un nuevo periodo de afinidad ideológica, Zapatero y Prodi relanzan ese discurso unitario. En el caso de la agricultura, dicen que se empeñarán en la promoción internacional de la dieta mediterránea, pero también en proteger adecuadamente el comercio de los productos que la componen y en mantener el apoyo comunitario a las frutas, hortalizas y al vino. "Estamos abriendo con generosidad nuestros mercados a todo el mundo, pero esto se debe acompañar de una defensa de la agricultura especializada", dijo Prodi.

Otro proyecto común lanzado en la cumbre de ayer es la creación de una Agencia Mediterránea para el Desarrollo Empresarial, que fomente la pequeña y mediana empresa en los países de la ribera sur del Mediterráneo con financiación que se pretende obtener del Banco Europeo de Inversiones (BEI). Se trata de un proyecto en línea, aunque más modesto, con el Banco Mediterráneo de Inversiones que se promovió hace seis y años hasta que topó con el temor de los países del norte a perder recursos.

El resto de los capítulos de cooperación son los ya habituales de inmigración -que en este caso incorpora al ámbito europeo el empeño de Zapatero por los temas sociales-, industria, nuevas tecnologías y política energética, donde España e Italia coinciden en que los intereses de la Unión tienen que ser compatibilizados con los intereses estratégicos de los países, según afirmó Zapatero. Ambos se han visto reprendidos recientemente por la Comisión debido a sus resistencias a impedir la entrada de capitales extranjeros, en Endesa en el caso español y en Autostrade, por lo que se refiere al italiano.

Ninguna novedad acerca de este contencioso que impide la fusión de la gestora de las autopistas italianas con la constructora española Abertis. Prodi reconoció que había hablado con Zapatero tanto de este tema como de los mal recibidos movimientos de Telefónica hacia el mercado italiano, aunque añadió que no iba a decir nada sobre lo tratado. "Hemos hablado con toda la reserva, pero poniéndolo todo sobre la mesa, como países amigos", aseguró. Por lo demás, el dirigente italiano se cierra en banda y sostiene a capa y espada que su Gobierno no bloquea la fusión de Abertis y Autostrade, cuando la realidad es que ésta no puede avanzar mientras su Ejecutivo no concluya la revisión de tarifas que ha anunciado.