Zapatero cree que la abstención andaluza es una muestra de desgana pero no de malestar

Los andaluces, con su altísima abstención (63%) en el referéndum sobre su Estatuto, han mostrado desgana e indiferencia, pero no existe en la sociedad andaluza crispación o malestar porque si la hubiera se habría producido un porcentaje alto de votos negativos (se quedó en 9,5%), es decir, en contra del Gobierno. Ésta es la tesis que ayer defendió el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, ante su ejecutiva. En el PP creen que esa abstención supone "un fracaso personal" del presidente. El Comité Ejecutivo del PP sentenció que la apuesta por el sí de este partido, criticada internamente, ha sido un acierto.

Casi la mitad del tiempo de la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal se dedicó a analizar los resultados del referéndum sobre el Estatuto de Andalucía. Fueron los miembros de la dirección federal, y a la cabeza el secretario general, José Luis Rodríguez Zapatero, quienes más restaron dramatismo a la alta abstención, según relatan miembros de la ejecutiva federal. El presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, no faltó a su obligación de presidir las reuniones de la ejecutiva y compartir con Zapatero sus reflexiones sobre lo ocurrido.

Tanto el secretario general como otros miembros de la ejecutiva desarrollaron la tesis de que los ciudadanos utilizan con frecuencia los referendos para castigar a los gobernantes. De la misma dedujeron que los andaluces han mostrado obviamente "desgana" o "indiferencia" ante este referéndum, pero no han trasladado "malestar o crispación", siempre según la versión recogida por asistentes a la reunión.

Si en el seno de la sociedad andaluza existieran esos sentimientos, la participación habría sido alta y destinada a votar no. Un no contra el Gobierno. Al menos esa es la tesis mantenida en la reunión. Junto a esta idea se expuso la ausencia de "incertidumbre", como una de las causas de la abstención, toda vez que el acuerdo entre los dos grandes partidos dejaba fuera la emoción y la competencia. En la ejecutiva se puso el ejemplo de la escasa expectación que provoca un partido de fútbol emitido en diferido porque el resultado ya se conoce de antemano.

Deslealtad del PP

Por tanto, no hubo ni dentro ni fuera de la reunión de la dirección federal atisbo de autocrítica por lo ocurrido, más allá del sentir general de que a todos les hubiera gustado una participación más alta. Manuel Chaves recibió un apoyo cerrado y cálido de sus compañeros.

A José Blanco, secretario de organización, le correspondió hacer el análisis público. "Los socialistas estamos orgullosos de ser los propulsores del Estatuto andaluz, frente a un PP que siempre ha puesto freno a la autonomía. Si fuera por el PP, Andalucía no tendría autonomía".

Con esta consideración, Blanco respondió al PP que ya en la noche del referéndum pidió a "los propulsores" del Estatuto que reflexionaran sobre lo ocurrido. El PP ha hecho lo mismo ahora que hizo con el referéndum de la Constitución europea, según Blanco: "Frenarlo todo lo posible, pedir el sí con la boca pequeña y aprovecharse deslealmente de la abstención".

El análisis del resultado andaluz también centró la reunión del Comité Ejecutivo del PP. Javier Arenas y Mariano Rajoy defendieron la polémica decisión que tomaron entre los dos de apostar por el sí. Tanto los medios más conservadores como algunos dirigentes, en especial el portavoz parlamentario, Eduardo Zaplana, mostraron su distancia o su crítica abierta a esta opción, que fue tal vez la decisión más difícil de Rajoy desde que controla el partido, sumada a la de no acudir a la manifestación contra el terrorismo convocada por los sindicatos tras el atentado de Barajas.

Ningún dirigente habló para mostrar sus dudas respecto al apoyo del PP a un Estatuto que recoge, aunque no como definición, la "realidad nacional" andaluza. Zaplana no opinó sobre este asunto ni en la reunión de maitines ni en la reunión del Comité Ejecutivo. Sólo intervinieron Federico Trillo, uno de los artífices del pacto con el PSOE, y José María Michavila, ex ministro de Justicia y que últimamente ha recuperado protagonismo interno y externo.

Trillo expuso lo importante que había sido la participación del PP para "convertir el Estatuto en constitucional". Michavila señaló que "a pesar de lo que decían algunos, el PP ha acertado con el sí". Ese "algunos" dio origen a varias interpretaciones.

Tras la reunión, Ángel Acebes dejó claro que su partido está contento con haber apostado por el sí, que pedirán que se aplique pese a la baja participación "porque es constitucional, al contrario que el catalán", y sentenció que la abstención supone "un fracaso personal de Zapatero, porque demuestra que su proceso de reforma de estatutos no interesa a nadie".