Del trabajo doméstico al desempleo

Maribel Román Almagro tiene 47 años y está en paro. Excepto algunos trabajos esporádicos -el último hace 16 años-, nunca ha estado empleada. Como ella, otras muchas mujeres gaditanas de su generación se dedican exclusivamente al trabajo de sus hogares. Pero han decidido que quieren salir a la calle.

En el mes de enero, Cádiz registró un aumento del desempleo en 3.715 personas. De ellas, sólo 26 eran hombres. Todas las demás, 3.689, son mujeres, la mayoría mayores de 45 años sin empleo anterior. Se trata de un caso excepcional, aunque la delegación de Empleo constató esta tendencia hace ya algunos meses: una revolución silenciosa de mujeres a la conquista de un puesto de trabajo.

Entre estas mujeres dispuestas a encontrar un empleo está Maribel Román. Cada mañana acude al centro de formación de Comisiones Obreras en Cádiz. Asiste a un curso de administrativa de personal. "Yo de esto antes no tenía ni idea, pero voy aprendiendo", comenta ilusionada por volver a las aulas después de tantos años. Son muchas horas de estudio, hasta el mes de junio, pero confía en que, al final, le merezca la pena: "Porque me apetece trabajar y, claro, también por la situación económica".

Para muchas compañeras de Maribel Román, las oportunidades no llegan hasta que la marcha de sus hijos les permite plantearse una carrera. Para ella, sin embargo, ésta es su segunda posibilidad. La primera le llegó antes de casarse, cuando decidió estudiar Magisterio. Finalizó la carrera, y a punto estuvo de dedicarse la enseñanza, pero no tuvo tiempo.

"Me casé muy joven, y los niños llegaron muy pronto", recuerda. Además, Maribel Román tuvo que trasladarse a un pueblo de Lérida, donde destinaron a su marido, "y allí no tenía ni madre ni nadie para ayudarme, así que no había tiempo para trabajar fuera de casa".

Ahora la situación ha cambiado. Vive de nuevo en Cádiz, cerca de su familia, se divorció hace 17 años y sus tres hijos, de 22, 20 y 17 años, pueden apañárselas sin su cuidado constante: "Estoy más libre, y además me enteré de que había cursos que podían ajustarse a mi perfil, así que me animé". Al principio no las tenía todas consigo: "El resto de alumnos que van conmigo al curso son mucho más jóvenes. Me parecía que iba a estar fuera de lugar".

Pero los miedos desaparecieron pronto. Maribel Román se siente una más entre sus compañeros, y además tiene la ventaja de que a su currículum podrá añadir sus conocimientos de francés, especialidad que eligió en Magisterio. "Creo que los puestos de administración con idiomas están demandados, así que al final, puede que mi carrera me sirva, aunque no vaya a trabajar en la enseñanza".

Acceder a un puesto de profesora no es tan sencillo. Porque las oposiciones son duras, y porque en el sector privado buscan un perfil más joven. Además, su experiencia en este campo es limitada, y se reduce a algunas sustituciones, la última, en 1991, en un centro de adultos.

Por eso, una orientadora de empleo le propuso encaminar su carrera hacia los trabajos administrativos. Lo hizo después de entrevistarla y analizar su situación. Como ella, otras muchas podrán ser aconsejadas en un programa específico que prepara la delegación de Empleo para mujeres mayores de 45 años sin ocupación anterior. El plan aún está por concretar, pero la Junta ya ha adelantado que tratará de ofrecer itinerarios personalizados a las demandantes de empleo, con propuestas de cursos y talleres, además de realizarles un seguimiento durante todo el proceso hasta la contratación.

La iniciativa surge tras comprobar la incorporación masiva de mujeres a las listas del paro. El buen momento económico, la descarga de las responsabilidades familiares, la concepción más igualitaria del trabajo, y la aparición de nuevos nichos de empleo, como los servicios de proximidad, han motivado a las mujeres gaditanas. A Maribel Román, además, le ha motivado la nostalgia: "De mi etapa trabajando en el centro de adultos guardo uno de los mejores recuerdos de mi vida".