Titular

En relación con la noticia publicada el día 7 de febrero en el diario que usted dirige, en la sección de Sociedad, página 42, figurando como autor Oriol Güell y titulada Un hospital falsificó el consentimiento de un enfermo para una prueba que le mató, la Dirección, la Junta Técnico-Asistencial y el Comité de Ética Asistencial del Hospital Universitario Puerta de Hierro quiere hacer las siguientes consideraciones.

La Dirección y los profesionales del Hospital Universitario Puerta de Hierro, sin entrar a valorar el contenido de la noticia ni de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia, que sólo a los tribunales compete, quiere dejar constancia de su enorme indignación por el titular de dicha noticia, tanto por su redacción como por su semántica.

En primer lugar, porque la utilización del verbo matar (quitar la vida es el primer significado de este verbo según la Real Academia Española), en los términos empleados en el titular para describir las consecuencias infrecuentes, pero posibles, de una técnica diagnóstica adecuada y necesaria, entra en contraposición y atenta contra los principios básicos de la Ética y Deontología Médica, y de las profesiones sanitarias en general, pudiendo incluso dar a entender intencionalidad de hacer daño.

En segundo lugar, porque tal y como está redactado, relacionando la supuesta falsificación con la muerte del enfermo, atenta con la ética y el buen hacer de los profesionales que trabajan en este hospital. En este hospital existe un Comité de Ética Asistencial desde 1994, que tiene como misión velar por los derechos de los pacientes, con especial atención al derecho a la información y al respeto a la autonomía, como queda reflejado en el desarrollo de los Consentimientos Informados, que existen en el centro. En tercer lugar, porque al utilizar el término hospital se está refiriendo a una organización en su totalidad, haciendo partícipes a todos y cada uno de los profesionales que trabajan en ella como sujetos actores de un supuesto delito.

En cuarto lugar, porque no puede atribuirse a un hospital acciones propias de las personas. En quinto lugar, porque de la literalidad de la sentencia, de ninguna manera puede concluirse que el hospital haya falsificado el consentimiento informado.

Por último, manifestar que la práctica de la medicina acorde con la Lex Artis no está exenta de riesgos y complicaciones que excepcionalmente pueden ser muy graves, como desafortunadamente y lamentablemente ocurrió en este caso, ahora sentenciado.

Finalmente, queremos expresar nuestra repulsa por los términos empleados en el titular, que lejos de reflejar una realidad objetiva constituyen una infundada y grave acusación que genera inquietud, inseguridad y alarma injustificada a pacientes y ciudadanos y dañan la imagen y el buen hacer de todos los profesionales, y del hospital en su conjunto, ante la opinión pública.