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Interior asegura ahora que el 'Marine I' será remolcado hoy al puerto de Nuadibú

Mauritania quiere que los inmigrantes sólo salgan del puerto para su deportación inmediata

El Marine I, con cerca de 400 inmigrantes a bordo, permanecía anoche fondeado a tres millas al sur de Cabo Blanco y a 14 del puerto de Nuadibú, en aguas de Mauritania. A media tarde, sus pasajeros izaban con una maroma cubos de agua de mar y lavaban sus ropas en cubierta. Las prendas, tendidas en las pasarelas y barandillas oxidadas, parecían jirones de velas agitados por la brisa. El aspecto tenebroso del carguero, con sus casi 400 almas, recordaba La Perla Negra, el barco fantasma de la película Piratas del Caribe. Las autoridades españolas anunciaron, por tercera vez en los últimos tres días, que esta mañana será remolcado hasta el puerto.

No fue el estado del mar lo que impidió ayer desembarcar a los pasajeros, que hoy cumplen nueve días frente a la costa de Mauritania y nueve meses a bordo del barco-chatarra. El agua estaba lisa como un plato y apenas soplaba una brisa agradable que aliviaba algo el calor del sol, de modo que era posible acercarse hasta el carguero en cayuco, sin grandes dificultades.

A unos 50 metros del Marine I, permanecía, atento a cualquier contingencia, el remolcador español de Salvamento Marítimo Luz de Mar. Este buque es el que, el pasado día 1, atendió el SOS del carguero frente a las costas de Senegal y lo remolcó hasta el lugar en el que se halla.

Según el último acuerdo alcanzado por España y Mauritania, el Marine I debería ser remolcado esta mañana hasta Nuadibú, donde desde hace días un amplio equipo de Cruz Roja Española, con un hospital de campaña, espera para atender a los pasajeros. El Gobierno de Nuakchot ha exigido que los inmigrantes no salgan del puerto más que para ser trasladados al aeropuerto y sacados del país.

Para cumplir con esa tarea, ayer habían llegado al aeropuerto de Nuadibú un reactor de la compañía Swift Air, de 180 plazas, fletado por el Ministerio del Interior español, y una treintena de agentes del Cuerpo Nacional de Policía. Hoy se espera la llegada de más agentes y de más aviones.

En principio, está previsto que los inmigrantes desciendan del buque en pequeños grupos, por nacionalidades. Tras pasar un control médico, aquellos que puedan ser identificados serán repatriados de inmediato. Aquellos que no sean identificados o que procedan de países con los que España no tiene firmados acuerdos de readmisión, serán trasladados a un centro de internamiento. Por su proximidad y porque en este momento se halla casi vacío, el lugar de destino más probable es el centro de extranjeros de Fuerteventura, que tiene capacidad para un millar de personas.

Pero, como se ha visto en los últimos días, las autoridades mauritanas pueden desbaratar todos estos planes en cualquier momento. Hasta ahora, tres miembros del Gobierno ya han comprobado que el Gobierno de Nuakchot es tan imprevisible como el viento del desierto. El primero fue el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, quien hace cuatro días se precipitó al anunciar que una comisión de la Media Luna Roja Mauritana y de la Organización Internacional de las Migraciones había subido a bordo del buque.

La segunda fue la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, quien el pasado viernes aseguró que el Marine I estaba entrando en el puerto de Nuadibú. Y el tercero, el titular de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien anteayer afirmó que los inmigrantes serían desembarcados ayer. El acuerdo, negociado durante una semana, fue firmado a mediodía del sábado, siempre intentado no sentar el precedente de que cualquier barco con inmigrantes que sea interceptado entre Canarias y África sea llevado a España.

El acuerdo alcanzado con Mauritania establece que España se encargará de la repatriación de los 372 inmigrantes asiáticos que permanecen en el barco, para lo que correrá con todos los gastos y podrá todos los medios. Inicialmente, Mauritania se iba a hacer cargo de las devoluciones de subsaharianos, pero finalmente también será España la que se encargue de ellas, en este caso por vía terrestre.

Varios de los inmigrantes del <i>Marine I,</i> ayer en la cubierta del barco, fondeado a 14 millas de Nuadibú.
Varios de los inmigrantes del Marine I, ayer en la cubierta del barco, fondeado a 14 millas de Nuadibú.CLAUDIO ÁLVAREZ

Médicos españoles, los primeros en subir al barco

Una comisión médica española se trasladó ayer por la tarde hasta el buque, a bordo de dos patrulleras de la Guardia Civil, para comprobar el estado de los pasajeros. Según sus primeras impresiones, entre los inmigrantes no hay ningún enfermo grave. Sólo algunos presentan síntomas leves, derivados del largo tiempo que han permanecido en el mar.

Es la primera vez que alguien sube al buque para evaluar la situación en el interior del paquebote, donde 400 personas han convivido durante seis meses, en condiciones penosas. La comisión tenía por objetivo evaluar el estado de salud de los inmigrantes, ya que estos han declarado que muchos de ellos se encuentran enfermos, afectados por diarreas y otros síntomas, como deshidratación.

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