Mejorar la inversión

Andalucía es merecedora de un sistema financiero con una dimensión y una capacidad acorde a su contribución a la población y el PIB nacional. Un sistema financiero preparado para acompañar a la sociedad andaluza y más específicamente a su tejido productivo en los grandes esfuerzos y desafíos que tiene por delante: desde la innovación tecnológica hasta la salida a los mercados internacionales, pasando por el impulso del empuje emprendedor y el ritmo de creación de empresas. Nuestra comunidad también se merece un sistema financiero de ámbito nacional, que importe conocimientos y mejores prácticas de otros mercados, y que ponga en valor nuestros talentos más allá de nuestra tierra, haciendo de Andalucía una comunidad aún más deseada para la inversión.

La voluntad de los poderes públicos por fortalecer este sistema financiero es, sin duda, un apoyo básico para conseguir estos objetivos, de ahí la importancia de este compromiso explícito que leemos en el Estatuto de Andalucía.

Y es que el Estatuto define y consolida este marco de colaboración mutua, que es perfectamente compatible con la necesaria autonomía de gestión de las cajas de ahorros, cuya primera obligación es hacer un uso responsable de los recursos que les confían sus clientes. En este sentido, debemos felicitarnos por la creación de un marco de relación respetuoso y armónico entre los poderes públicos y el sistema financiero, definido en el término "propiciar", que significa facilitar, favorecer... no obligar ni forzar la autonomía de gestión del sector.