Aznar reconoce por primera vez que no había armas de destrucción masiva en Irak
"Tengo el problema de no haber sido tan listo de saberlo antes. Nadie lo sabía", dice el ex presidente
Durante meses se negó a acudir al Congreso para que no le preguntaran sobre el asunto. Incluso llegó a decir en Washington, poco antes de las elecciones de 2004, que era una "grave irresponsabilidad" polemizar sobre esta cuestión. Finalmente, cuatro años después de afirmar con rotundidad su existencia por primera vez, y dos años después de que EE UU dejara de buscar las armas de destrucción masiva en Irak, el ex presidente José María Aznar reconoció en la noche del miércoles: "No había armas. Ahora yo también lo sé. Tengo el problema de no haber sido tan listo de saberlo antes".
Dicen los que han trabajado con él que Aznar es un hombre terco, que escucha pacientemente a su interlocutor para aclarar al final, en tono seco: "No me vas a hacer cambiar de opinión". Cuatro años le ha costado admitir en público que se equivocó cuando dijo en Antena 3 el 13 febrero de 2003: "Puede estar usted seguro y pueden estar seguras todas las personas que nos ven que les estoy diciendo la verdad. El régimen iraquí tiene armas de destrucción masiva".
Aznar ofrecía el miércoles por la noche una conferencia en Pozuelo de Alarcón (Madrid) sobre el libro El camino a la democracia en España, del Manuel Álvarez Tardío, (de Gota a Gota, la editorial de FAES, fundación que preside). Lo hacía mano a mano con Pedro J. Ramírez, director de El Mundo, a quien el ex presidente felicitó públicamente por la compra del 100% de Recoletos, editora de Expansión y Marca, por parte de RCS, el grupo italiano que controla El Mundo.
Aznar era el último de los ex presidentes del Gobierno democráticos en pasar por el teatro Mira. El alcalde de este municipio residencial próximo a Madrid, Jesús Sepúlveda, del PP y buen amigo de Aznar, ha aprovechado que todos los ex presidentes viven en Pozuelo para organizar un ciclo de conferencias.
La velada fue seguida con entusiasmo por más de 500 personas. Aznar lanzó sus habituales dardos contra el PSOE y expuso su visión pesimista de la realidad española. "A los extremistas les espantan Quevedo, Cervantes o los Reyes Católicos. Van a impedir que en las escuelas se estudie la literatura y la historia de España. No lo impedirán allí donde gobierne el PP, pero, desgraciadamente, sí donde gobierne el PSOE. Es el precio del extremismo. Esa alianza de extremistas tiene un objetivo: expulsar al PP del sistema, demonizarle, negarle legitimidad como alternativa democrática. De ahí su insistencia en repetir cada día que el PP se queda solo. ¡Qué afortunada soledad he vivido yo, que además, según Umbral, soy un ser de lejanías, acompañado por la gran mayoría de los españoles!".
Hasta entonces, todo era más o menos como la mayoría de las apariciones de Aznar, últimamente muy frecuentes, aunque más en el extranjero que en España. Pero llegó el turno de las preguntas. Hubo media docena. Y la penúltima fue la más interesante. Una joven estudiante le contó al presidente que estaba haciendo una tesis sobre la guerra de Irak y quería saber si aún mantenía su idea de que había armas de destrucción masiva. Ante los distintos periodistas que le han entrevistado en los últimos cuatro años, Aznar no quiso responder. Pero a la estudiante sí.
"Todo el mundo pensaba que en Irak había armas de destrucción masiva, y no había armas de destrucción masiva. Eso lo sabe todo el mundo, y yo también lo sé... ahora. Tengo el problema de no haber sido tan listo de haberlo sabido antes", comenzó. Ante esa confesión, arreciaron los aplausos. "Pero es que", continuó, "cuando yo no lo sabía, nadie lo sabía. Todo el mundo creía que las había, ¿sabes? Entonces es un problema, porque las decisiones hay que tomarlas no a toro pasado, sino cuando está el toro sobre el terreno, y es ahí cuando hay que torear. Torear con cinco años de retraso, ésa es tarea de los historiadores", insistió.
Aznar llega dos años después de que EE UU dejara oficialmente de buscar las armas ante la evidencia de que no existían. Fue el 13 de enero de 2005. El presidente George Bush se resistió, mandó un ejército de 1.200 especialistas, pero se rindió tras buscar desesperadamente durante dos años.
Mariano Rajoy había cedido a la presión unos meses antes. En plena campaña electoral, el 10 de marzo de 2004, el candidato del PP sentenciaba en la cadena SER: "Es probable que todo el mundo tenga que explicar por qué no había armas de destrucción masiva". Claro que enseguida se aprestó a asegurar que Aznar se guió por la información del Reino Unido y de Estados Unidos, por lo que le eximió de cualquier responsabilidad.
PALABRAS DEL EX PRESIDENTE EN 2003
- 5 de febrero. "Todos sabemos que Sadam Husein tiene armas de destrucción masiva"- 13 de febrero. "El régimen iraquí, porque contra el pueblo iraquí no hay nada, tiene armas de destrucción masiva"- 18 de febrero. "Estoy diciendo la verdad: un régimen que tiene armas de destrucción masiva y conexiones terroristas es un riesgo para la paz"- 30 de junio. "El arsenal químico y bacteriológico tarde o temprano aparecerá"
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