El PP advierte que el nombramiento de Bermejo impide todo acuerdo con el PSOE

Como una declaración de guerra o el aviso de que el Gobierno no tiene intención de pactar con el PP nada relativo a la justicia o a la lucha antiterrorista. Así es como el PP interpreta el nombramiento del Mariano Fernández Bermejo como ministro de Justicia. Otra intención sería "amedrantar a muchos", según el análisis del portavoz parlamentario del PP, Eduardo Zaplana. Por el contrario, el Grupo Socialista sostiene que el PP "tiene paralizadas" algunas reformas judiciales y la renovación del Consejo General del Poder Judicial, por lo que sólo puede pensar que busca "excusas" para seguir así.

Todos los grupos parlamentarios dan un margen de tiempo al futuro ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, que tomará posesión el próximo lunes, para que desarrolle su actividad y exponga sus planes. No así el primer grupo de la oposición, el PP, que ve en este nombramiento un mensaje desafiante del Gobierno o una suerte de declaración de guerra. El portavoz parlamentario del Grupo Popular, Eduardo Zaplana, lo sintetizó así: "El PP se da por enterado del mensaje clarísimo del Ejecutivo: nos dice que nos olvidemos de unidades porque ponemos a la persona más radical que se puede poner al frente de la justicia".

A la pregunta de si, entonces, es imposible pactar con el Gobierno en materia de justicia, Zaplana respondió que ante este nombramiento "muy meditado" por el Ejecutivo "pinta mal" la posibilidad de alcanzar acuerdos. Con este nombramiento, de un "ultra del PSOE", se trata de "amedrentar a muchos", dijo Zaplana. Aunque la descalificación fue total, el portavoz parlamentario dejó abierta alguna puerta a la esperanza porque a veces se producen "conversiones".

Ante esta reacción de rechazo al futuro ministro no se observó desazón en el PSOE. No sólo los dirigentes, sino los diputados acogieron con indisimulada satisfacción la llegada al Consejo de Ministros de una persona "valiente, honesta y con gran capacidad profesional", en palabras del secretario general del Grupo Socialista, Julio Villarrubia.

Este parlamentario vivió muy de cerca como viceportavoz de Justicia del Grupo Socialista los avatares del fiscal Mariano Fernández Bermejo en tiempos del ministro de Justicia del PP José María Michavila. "Fue un fiscal valiente, honesto, que no se quiso someter al poder político. Lo dijo en alto cuando tenía mucho que perder y poco que ganar", relata Villarrubia a este periódico. Para este parlamentario, Fernández Bermejo fue sustituido por haberse declarado "progresista y de izquierdas, y no se le perdonó". El portavoz del Grupo Socialista, Diego López Garrido, también se remonta a esos tiempos para afirmar que el PP "no quería fiscales, sino súbditos".

Lo cierto es que hay un paquete de proyectos legislativos puestos en marcha por Juan Fernando López Aguilar que corre peligro. Además el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) culminó su mandato hace más de tres meses y las conversaciones para su renovación no avanzan.

El CGPJ responde a la mayoría parlamentaria que había cuando gobernaba el PP, por lo que el PSOE teme que los populares no faciliten la renovación, que llevaría a un cambio de mayoría acorde con el resultado de las últimas elecciones. Desde esta perspectiva, Diego López Garrido, máximo responsable de las negociaciones con el PP, que tiene como negociador a Eduardo Zaplana, interpreta que éste no quiere negociar y pone "excusas" para mantener parada la negociación.

El Grupo Socialista tiene la intención de seguir adelante con su programa de justicia, pero algunas de las leyes no saldrán adelante si el PP no las vota, al requerir mayoría absoluta. Tanto el Estatuto del Ministerio Fiscal y la Ley Orgánica del Poder Judicial, con sus partes procesales y más políticas, como la creación de Consejos de Justicia y la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional son algunas de ellas.

Los socialistas afirman que el PP dejó de considerar al actual ministro "interlocutor" al acusarle de haber roto el Pacto por la Justicia que el mismo firmó en la oposición. Ahora se preguntan si tampoco admiten al Fernández Bermejo.

Juan Fernando López Aguilar, muy sonriente, elogió a su sucesor y lamentó que el PP no haya cumplido la "corrección democrática" de darle "la tregua clásica de 100 días" antes de juzgarlo.