La cuadratura del redondeo

Las principales compañías de telefonía móvil han apretado la misma tecla para compensar buena parte de las pérdidas que se avecinaban por el fin del redondeo. Sólo con la anunciada subida del precio del establecimiento de llamada, de 0,12 a 0,15 euros, Vodafone, Movistar y Orange generarán más de 650 millones de euros, un 80% de lo que ganaban por redondear en sus facturas el tiempo consumido.

Sólo Yoigo y Carrefour han aprovechado la oportunidad para diferenciarse por precio de los tres grandes operadores

La Administración mantiene un pie en cada lado: ha abierto investigaciones, pero dice que es un mercado muy competitivo

La reforma de la ley de protección de los consumidores, aprobada por unanimidad a finales de 2006 en el Congreso de los Diputados, ponía fin a la práctica del redondeo, muy extendida entre las compañías de telefonía móvil. En la inmensa mayoría de los programas, de contrato o tarjeta, se cobra el primer minuto entero independientemente del tiempo que se hable. Y, a partir del segundo minuto, se factura por bloques de 30 segundos (Orange no aplicaba esta medida). La nueva ley obliga a las compañías a cobrar por segundo hablado, lo que implicaba una reducción de ingresos. Para retener las ganancias del redondeo, las tres grandes operadoras empezaron a anunciar hace semana y media una subida de tarifas, algo que generó las críticas inmediatas de las asociaciones de consumidores. La polémica se ha destilado hasta quedar en un solo concepto de la factura telefónica: el precio del establecimiento de llamada.

Las tres grandes compañías (copan más del 99% del mercado) anunciaron de forma escalonada subidas en los precios -la ley les obliga a comunicar el cambio tarifario un mes antes de su entrada en vigor, el 1 de marzo-, aunque evaluar su impacto es muy complejo. Por un lado, las compañías aducen que, al cobrar por segundos, los consumidores que hablen menos de un minuto pagarán menos que antes pese al alza de los precios. Por otro lado, la diversidad de programas y contratos ofrecidos hace oscilar las subidas del precio por segundo entre un 6% y un 55%. Sólo cada cliente, en su primera factura tras el cambio tarifario, o los datos globales que recopila cada año la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), el órgano supervisor, podrán dar fe de si se paga más o menos.

Menos dificultad ofrece, sin embargo, anticipar el efecto de la subida del precio que cobran las empresas por establecer la llamada. Hasta ahora, Vodafone, Orange y Movistar cobraban 0,12 euros por el inicio de cada llamada. Y a partir de marzo, salvo en el contrato Vitamina por segundos de Vodafone, facturarán 0,15 euros. Según los datos globales de 2005, los últimos publicados por la CMT, las empresas ingresaron aquel año 2.942 millones de euros por el establecimiento de llamada. Si se hubiese aplicado el futuro precio de 0,15 euros, las empresas habrían ganado 659 millones más. Una estimación conservadora -varias asociaciones de consumidores elevan la cifra- de lo que facturaron las empresas por el redondeo en 2005 apunta a unos ingresos de más de 820 millones de euros. Es decir, que la subida del establecimiento de llamada permitiría a las empresas conservar al menos el 80% de lo que ganaban antes con el redondeo.

Pero la polémica no gravita alrededor del coste del establecimiento de llamada sólo por su relevancia económica. Las asociaciones de consumidores han puesto el grito en el cielo porque un nuevo artículo incorporado por la reforma legal indica que el cobro por el inicio de un servicio se considerará abusivo si no refleja el coste real de esa prestación. Y además, señalan a la idéntica subida en el precio del establecimiento de llamada como un indicio de que ha habido concertación entre las tres empresas para pactar sus cambios tarifarios.

Subida general

El director de comunicación de Vodafone, José Romero, opone que, hasta ahora, al cobrar de forma simultánea el primer minuto y el establecimiento de llamada, los costes se repartían entre los dos conceptos. Es decir, que el precio de 0,12 euros estaba por debajo del coste real de establecer la llamada, que sí reflejarían los 0,15 euros. Y en cuanto a la posible concertación de precios, un portavoz de Orange recuerda que esa acusación no se ha realizado hasta que comenzó la polémica por el fin del redondeo, cuando antes también todas las compañías cobraban lo mismo por establecer la llamada (0,12 euros).

En cuanto a la subida general de tarifas, además de sostener que el impacto sobre el consumidor será "neutro", las compañías insisten en que su fijación está liberalizada y que la competencia ha rebajado el precio por minuto en los últimos años. Precisamente los nuevos competidores de las tres grandes han reaccionado de manera muy distinta ante la adaptación al cobro por segundos. En el arranque de su actividad, todos mantuvieron la práctica del redondeo, pese a que comenzaron a operar hace muy pocos meses y la reforma legal para su eliminación ya estaba en trámite. Pero el poco tiempo que llevan en activo y su aún reducida cartera de clientes, les dejaba las manos mucho más libres: apenas habían generado ingresos por el redondeo que tuviesen que intentar retener, como las tres grandes.

Yoigo, la propietaria de la cuarta licencia móvil, ha optado por aprovechar la oportunidad para diferenciarse de las grandes por precio: seguirá cobrando 0,12 euros por establecimiento de llamada y las tarifas por tiempo hablado. Con el cobro por segundos eso se traducirá en que sus clientes pagarán menos. Un camino que también ha decidido seguir Carrefour, uno de los nuevos operadores móviles virtuales (utilizan la red de otras compañías). Y sin embargo, los otros dos operadoras virtuales, Euskaltel (salvo en uno de sus programas) y Happy Movil, recorrerán la senda abierta por las grandes: 0,15 euros el establecimiento de llamada y subidas, más moderadas, en el precio por segundo.

Quejas

Ante la creciente polémica, que ha originado ya una campaña en Internet para pedir que se apague el móvil el 1 de marzo como señal de protesta, y las denuncias de las asociaciones de consumidores, la Administración mantiene un pie en cada lado. El Servicio de Defensa de la Competencia ha abierto una investigación en respuesta a las quejas de las asociaciones Facua y OCU, y el Ministerio de Industria también ha solicitado un informe a la CMT sobre las nuevas tarifas anunciadas. Pero al mismo tiempo, el presidente del órgano supervisor, Reinaldo Rodríguez, ha recalcado esta semana que la ley que finiquitaba la práctica del redondeo perseguía "aumentar la transparencia" y no "reducir o incrementar precios". Y el secretario de Estado de Telecomunicaciones, Francisco Ros, consideró muy difícil un pacto entre los operadores, es un mercado que situó entre los más competitivos de Europa.