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El Molino añade un edificio de línea actual a su fachada modernista

El pleno municipal aprobó ayer dar luz verde a la reforma que ha diseñado BOPBAA

El pleno del Ayuntamiento de Barcelona aprobó ayer por unanimidad dar luz verde a la reforma de El Molino, que hace un par de semanas había sido ya respaldada por la comisión de gobierno. Las obras de reforma, que podrían iniciarse en dos o tres meses, serán realizadas por el estudio de arquitectos BOPBAA (Josep Bohigas, Iñaki Baquero y Francesc Pla). El proyecto prevé la restauración de la fachada modernista de Josep Manuel Raspall y su emblemático molino incorporado posteriormente, con el añadido de un nuevo edificio de diseño contemporáneo.

Desde el exterior, el aspecto de El Molino será el de un collage entre la estética tradicional del edificio y la de la construcción incorporada, que se ha trabajado a partir de la idea de telón de fondo. La reforma se ajusta al estudio de viabilidad técnica, coordinado por el ingeniero Ángel Llobet. La sociedad propietaria del edificio, Ociopuro, al frente de la que se encuentra Elvira Vázquez, está a la espera de obtener las licencias de derribos y los permisos de obras para empezar a limpiar el interior del edificio, actualmente en un estado de gran deterioro.

El Molino ganará dos pisos por debajo y dos por encima de su techo actual hasta una altura que no rebasará los 27 metros, el máximo permitido en la zona. La disposición del escenario y los accesos se mantendrán, aunque el aforo se incrementará hasta 230 butacas. Sobre la planta baja se abrirá una terraza con servicio de restauración con vistas al Paralelo. En las plantas superiores se habilitarán una sala de ensayos y la sala técnica. En las inferiores se instalarán las cocinas y el almacén. La duración de las obras de construcción se estima en un mínimo de un año y medio, con lo que la reapertura del establecimiento deberá esperar hasta finales de 2008 o principios de 2009.

La propiedad dispone de dos años para definir la programación del nuevo Molino y aún no la ha decidido al detalle, pero ya se ha manifestado que será un espacio polivalente y la oferta estará ligada al concepto de café concierto, con cabida para el flamenco, el mimo, la magia y el cabaret. Es una programación que, a partir de un estudio de viabilidad económica y de gestión, la propietaria considera más ajustada a las actuales demandas de ocio. Sin embargo, la empresa anunció ayer que de manera periódica se rememorará la historia del local con espectáculos de revista y music-hall al estilo de los que le dieron gloria. "No podemos vivir de los recuerdos", afirmó ayer la propiedad en un comunicado, "pero sin duda habrá destellos de aquel tiempo pasado, que podrán convivir en armonía con las nuevas propuestas".

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