Correa culpa a los diputados de la revuelta social en Ecuador

En medio de extremas medidas de seguridad, los diputados ecuatorianos volvieron a sus escaños ayer en el Congreso Nacional, después de que miles de partidarios del presidente de Ecuador, el izquierdista Rafael Correa, irrumpieran enardecidos el martes en el recinto, obligándoles a evacuarlo abruptamente. Correa dijo ayer los culpables de la revuelta son los diputados. Trescientos policías y carros antimotines se ubicaron desde temprano en los alrededores del recinto, y técnicos antiexplosivos revisaron meticulosamente los escaños con la ayuda de perros amaestrados.

Decenas de estudiantes universitarios continuaron enfrentándose con palos y piedras con la fuerza pública, convirtiendo las inmediaciones del Parlamento en un campo de batalla. Los manifestantes, pertenecientes a movimientos radicales y de izquierda presionan para la aprobación de la consulta popular que convocará a una Asamblea Constituyente propuesta por Correa.

"No vamos a huir", afirmó el presidente del Congreso, Jorge Cevallos, ante la sugerencia de algunos legisladores de trasladar la sede del Parlamento a otras ciudades con mayores garantías. "Rechazamos las amenazas de muerte que se escucharon en la entrada del Congreso por parte de grupos que están llevando al Ecuador a la anarquía. Rafael Correa no entiende otra razón que no sea el caos, que no sea la fuerza, que no sea la violencia", añadió.

Cevallos aseguró que el Parlamento puede tomar medidas contra aquellas personas que atenten contra la seguridad del Estado, incluidos cargos del Gobierno. Además, afirmó que lo único que logró este acto reprochable de vandalismo es retrasar el consenso del Congreso para autorizar la consulta popular propuesta por Correa. "No es cierto que nosotros nos opongamos", aseveró.

Garantizar las protestas

El mandatario, por su parte, respaldó las manifestaciones contra los diputados, declarando que su administración garantizará las protestas. "Pero ratifico mi más enérgico rechazo a cualquier forma de violencia", añadió. "Los únicos que están atentando contra la seguridad del Estado son los 65 diputados y cuatro vocales del Tribunal Supremo Electoral, quienes no quieren acatar la voluntad de 13 millones de ecuatorianos. Son ellos los únicos que pueden apagar este fuego, sometiéndose a la voluntad de su mandante, no a la voluntad de los caciques de sus partidos políticos", afirmó Correa.

En una decisión conducente a pacificar a la ciudadanía, el Congreso Nacional aceptó ayer la renuncia del fiscal general, Francisco Cucalón, quien fue designado el pasado 18 de enero con el respaldo de los diputados del Prian, PSP, PSC y UDC, partidos de derecha con mayoría en el Parlamento. Desde entonces, funcionarios del Ministerio Público y grupos vinculados al Gobierno han protagonizado manifestaciones en las principales ciudades del país para impedir que el fiscal haga efectivo su cargo.