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Reportaje:

¿Educar o enviar a la guerra?

Niños europeos y de Senegal piden a los países ricos que cumplan sus promesas de ayudar a educar a los pequeños de naciones pobres

"Los países ricos gastan 130 veces más en armas que en educación. Con no gastar durante cuatro días en armas y dedicar ese dinero a educación podemos conseguir Educación para Todos. ¿Qué es más importante, enviar niños a la guerra o educarles para un buen futuro?". Los chicos del instituto Francisco Salinas, de Salamanca, no se mordieron ayer la lengua al plantear su pregunta en una sesión organizada en el Parlamento Europeo en Bruselas con escolares de la UE y de Senegal como lanzamiento en 2007 de la Campaña Mundial para la Educación, una iniciativa que lucha por conseguir, de acuerdo con los llamados Objetivos del Milenio de la ONU, que todos los niños del mundo estén enrolados en educación básica el año 2015.

"Hay que ayudar a los niños; el Norte debe ayudar al Sur", dicen dos chicos senegaleses

Les respondió Íñigo Méndez de Vigo, único europarlamentario español presente en el acto. "En un mundo ideal, estaría muy bien. Pero no vivimos en un mundo ideal", señaló el político del Partido Popular. "Lo que hay que hacer es un esfuerzo para acomodar las dos ideas, la de seguridad y defensa de las libertades y la de educación. Si la gente en España y en la UE dijera que la educación es prioritaria, ayudaría".

"No me ha convencido mucho", dijo luego Luis Sánchez, de 14 años y estudiante de 3º de ESO, que fue quien planteó la cuestión en nombre de sus compañeros de instituto y a partir de los cálculos de gastos hechos por uno de ellos, Álvaro Sánchez. "Hubiésemos deseado que se comprometiera más. Queremos hechos".

Los españoles fueron invitados, junto con colegiales de otros nueve países de la Unión y de Senegal, a un acto dirigido a pedir a los Gobiernos ricos que cumplan sus compromisos de ayuda a la educación en el Tercer Mundo. A todos se les arroyó con buenas palabras, cifras contradictorias, o que no cuadraban, y llamamientos a la acción urgente y decidida. Sonó a viejo: "Eso ya lo hemos oído en Salamanca. Nos dicen que sí y es lo de siempre".

El Informe Escolar de 2006, las notas que la Campaña Mundial para la Educación dio a España por sus esfuerzos por conseguir los Objetivos del Milenio en el pasado curso, deja mucho que desear. En una clase de 22 alumnos (equivalentes a otros tantos países ricos), España ocupa el puesto 19. Recibe un suspenso sin paliativos: un 3. Junto a una foto del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, las Observaciones del docente son duras: "José Luis tiene un gran potencial para que España abandone definitivamente los últimos puestos de la clase (...) Su apoyo a la Iniciativa por Vía Rápida [acelerar las ayudas económicas a los países con planes serios para universalizar la enseñanza primaria] a principios de año fue una buena señal. Su estrategia de ayuda sigue siendo fragmentada y nos gustaría que se coordinase con sus colegas". Blanca Vicente, compañera de Luis y de Álvaro, reacciona como cualquier madre que recibe en casa semejantes notas de su hijo: "Nos parece mal. El presidente del Gobierno nos debería escuchar".

Con esa idea de que hay que escucharles se marcharon muchos de los asistentes al acto de ayer, entre ellos Bamba y Yacine Sarr, mellizos senegaleses de 14 años, en cuya clase de Dakar se hacinan 75 colegiales. "Y en la de nuestro primo hay 100", agrega Yacine, la niña. Los mellizos africanos resumen rápidamente lo escuchado: "Que hay que ayudar a los niños, que el Norte debe ayudar al Sur y que los Gobiernos deben cumplir sus promesas".

Estudiantes de Salamanca en la sesión del Parlamento Europeo sobre  la Campaña Mundial para la Educación.
Estudiantes de Salamanca en la sesión del Parlamento Europeo sobre la Campaña Mundial para la Educación.EYEBOX

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