Un herido en un derrumbe reclamará responsabilidad civil al Ayuntamiento
Ni Juan Antonio Acosta ni Juana García, su madre, se rinden. El auto de la Audiencia Provincial que ha archivado la causa penal abierta por el derrumbe de un antiguo edificio militar en Cádiz, ha vuelto a reavivar la tragedia vivida aquel 16 de noviembre de 2004. Acosta resultó herido y con secuelas irreversibles -uno de sus brazos quedó desfigurado- y su amigo Manuel Gallardo, de 15 años, murió. Ahora, Acosta y su madre seguirán luchando por la vía civil.
"Cuando se te cierra una puerta, abres otra", asegura la madre, indignada con lo que define como "escasa sensibilidad" de la justicia con los más débiles. La Audiencia Provincial ha confirmado un auto previo de un juzgado gaditano en el que desestimaba la denuncia interpuesta contra el Ayuntamiento gaditano como responsable penal del desplome de la antigua escuela de artillería,
Acosta, Gallardo y un tercer amigo, Juan Pablo Rodríguez, jugaban al fútbol en la planta alta de uno de los edificios hasta que, tras un pelotazo en la pared, el inmueble se derrumbó sobre ellos. Gallardo murió y los otros dos resultaron heridos.
El lugar servía de aparcamiento provisional y de sede de asociaciones y colectivos. Algunos indigentes utilizaban los barracones vacíos. Para los amigos, servía de escondite cuando faltaban a clase. "Allí iba mucha gente. No estaba vallado y el edificio sí estaba en ruinas porque si no lo estuviera, no se habría caído", mantiene el joven, que entonces tenía 16 años y ahora 19. Así responde al contenido del auto que descarta responsabilidad municipal en el siniestro porque los edificios estaban cerrados y no se ha podido demostrar que se encontraran en mal estado.
La familia de Acosta desconfía de los jueces. "Siempre le dan la razón a los más fuertes", protesta la madre, pero no renuncia a que algún día les darán la razón. Su abogado y el de la madre del joven fallecido ya han anunciado que reclamarán previamente al Ayuntamiento alguna indemnización económica. En caso contrario, presentarán una demanda en el contencioso-administrativo para exigir, al menos, que el Consistorio asuma su responsabilidad civil en el siniestro al ser propietario de los suelos.
El desplome del edificio derrumbó también algunas ilusiones de Juan Antonio Acosta. El año pasado trató de ingresar en las Fuerzas Armadas pero le denegaron el acceso por sus secuelas en el brazo. Ya le han operado diez veces. No ha encontrado trabajo. "Nadie nos ha escuchado", se lamenta la madre, quien no descarta protestar ante el Ayuntamiento. "Que vean cómo ha quedado mi hijo. A ver si así nos atienden de una vez".
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