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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Promesas

La Estrategia Mundial de la Salud para Todos tiene su origen en el Primer Programa Europeo de Salud (1952), donde se establecieron las primeras políticas sanitarias en el ámbito de Europa.

Más tarde, en 1977, la Asamblea Mundial de la Salud (AMS) decidió que el objetivo principal de dicha estrategia debería consistir en alcanzar la salud en todos los pueblos del mundo para el año 2000. Como se puede observar, estamos a comienzos del año 2007, o sea, siete años sobrepasada la fecha límite, y esa promesa de salud para todos es una pesada burla para aquellos que siguen sufriendo los efectos de la mala salud en sus pueblos.

Esta estrategia, además, proponía unos requisitos previos sin los cuales no se podrían alcanzar la treintena de objetivos fijados. Estos requisitos eran y son paz, justicia social, comida y agua potable suficiente, educación y vivienda digna para todos.

Como podemos observar, en nuestro convulso planeta del siglo XXI, estos requisitos no son asequibles para una enorme masa de la población mundial. Y es seguro que, con los codiciosos parámetros económicos que aplicamos actualmente a los recursos del globo, nos alejemos aún más de este compromiso de salud y vida digna para todos. Otro ejemplo es el fracaso de la bienintencionada propuesta de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que pretende reducir el nivel de pobreza actual a la mitad para el año 2015.

Como siempre, las promesas del rico Occidente quedan en papel mojado, eso sí, sin omisión de brillantes, pero hipócritas conferencias y lujosos encuentros para los expertos generadores del bienestar del mañana. Se puede concluir, sin más, que el odioso tópico de "los países ricos cada vez serán más ricos y los países pobres cada vez serán más pobres" sigue y seguirá vigente para las venideras décadas de este tercer milenio. ¿Alguien duda.

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