Castells se compromete a no subir la presión fiscal esta legislatura

"El Gobierno catalán no subirá la presión fiscal esta legislatura". Ése es uno de los compromisos políticos del tripartito para los próximos cuatro años, explicó ayer el consejero de Economía y Finanzas, Antoni Castells. El Ejecutivo autónomo ultima una rebaja del impuesto sobre sucesiones y donaciones, y del impuesto sobre actos jurídicos documentados relativo a las hipotecas de los jóvenes. Tiene previsto también impulsar "una política tributaria más ambiciosa" -esto es, más rebajas- una vez esté desarrollado el capítulo de financiación del Estatuto.

Castells compareció ayer ante la comisión de Economía del Parlament para explicar a los partidos catalanes las líneas maestras que seguirá su departamento durante esta legislatura. Básicamente, tratar de prolongar el actual ciclo expansivo de la economía catalana y cumplir a rajatabla el Estatuto para desarrollar un nuevo modelo de financiación autonómica. En el capítulo de compromisos, el responsable del área económica aseguró que el Ejecutivo catalán "no tiene ninguna intención de subir la presión fiscal". Y no sólo eso. Para Castells, el desarrollo del capítulo de financiación del Estatuto permitirá al Gobierno autónomo "llevar a cabo una política tributaria más ambiciosa", es decir, bajar impuestos. Para empezar, Castells ultima rebajas en el impuesto de sucesiones y donaciones, y en el impuesto de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados.

A lo largo de las interpelaciones de los grupos políticos, sólo el Partido Popular catalán, a través de Àngels Domingo, preguntó a Castells sobre una eventual rebaja de la presión fiscal. Dichas rebajas "son promesas propias de los inicios de la legislatura, que después difícilmente se mantienen", inquirió Domingo. Castells no sólo se comprometió a no subir la presión fiscal en los próximos cuatro años, sino que aseguró que "tampoco ha subido" en los tres últimos años, en la primera legislatura del Gobierno tripartito tras los 23 años de pujolismo.

Castells aludió a la presión fiscal "en relación a las bases imponibles que gravan los distintos impuestos". La definición canónica de la presión fiscal permite medir el peso que suponen los impuestos, las tasas y las cotizaciones a la Seguridad Social respecto al producto interior bruto (PIB). Y, según los datos del propio Departamento de Economía, la presión fiscal en Cataluña subió un punto en Cataluña sólo en 2005. Sin que haya subido un solo impuesto, la razón de esta subida estriba en la buena marcha de la actividad económica y, en particular, en el boom inmobiliario, que ha supuesto incrementos importantes en la recaudación de impuestos como el de transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados. Cataluña no es ninguna excepción: la presión fiscal en el conjunto de España subió un punto en 2005, hasta el 35,6%, aunque aún está lejos de la media de la Unión Europea, que supera el 40%.

Castells puso énfasis también en el desarrollo estatutario, en especial en todo lo relativo al modelo de financiación. Reclamó "lealtad" al Gobierno central y a la oposición, tanto en los contenidos como en los plazos de aplicación. El diputado de CiU Antoni Fernández Teixidó pidió una vez más que la federación nacionalista esté presente en las comisiones bilaterales. Pero Castells no es partidario de dar entrada a la oposición en estos órganos en los que están presentes el Gobierno central y el autónomo. "El Estatuto deja bien claro que las comisiones son gubernamentales", se escudó. Y dejó un aviso de lo que pueden ser las negociaciones con el Ministerio de Economía: "No hay ningún motivo para dudar de la voluntad del Gobierno de cumplir los pactos a los que ha llegado. Pero hay que saber que el despliegue del Estatuto también exigirá negociaciones en función de los intereses de cada uno".