Padres de nueve colegios protestan por el "mal estado" de las comidas
Lo que se planteó como un acto de conciliación entre las asociaciones de padres y madres de varios colegios de Infantil y Primaria Granada y la empresa de catering que abastece a los comedores de estos centros acabó ayer en una trifulca en el colegio público Mariana Pineda de Huétor Vega. Allí habían citado a los padres los responsables de la empresa para mostrarles el proceso de elaboración de su comida, después de que las asociaciones de padres y madres de nueve colegios públicos de la comunidad del Río Monachil haya pedido a la Delegación de Educación que rescinda el contrato a Serunion porque su servicio presenta "serias deficiencias".
Los responsables de la empresa acudieron con todo el material necesario, incluidas varias bandejas de comida envasada, pero los padres ya habían anunciado que no tenían ánimo de asistir a la charla y que en su lugar harían una cacerolada. La protesta, en la que participaron medio centenar de padres, acabó dentro del comedor y las bandejas de cocido, pasta y fruta, por los suelos. Los responsables de Serunion llamaron a la Policía Local y tuvieron que salir del comedor sin llegar a exponer sus explicaciones. Cuando llegaron los agentes, apenas quedaba comida en las bandejas.
Los padres mantuvieron ayer una reunión con el departamento de Infraestructuras y Servicios Educativos (ISE), dependiente de la Delegación de Educación y que gestiona los comedores escolares, pero el encuentro acabó sin acuerdo. Según los padres, las deficiencias detectadas van desde comida en mal estado, a raciones demasiado escasas y comidas con "mal sabor".
En los centros, según la denuncia, se han producido varios casos de intoxicación y en más de una ocasión los profesores "se han visto obligados" a desechar los platos y comprar pizzas. Los padres sostienen que cada una de las deficiencias que denuncian constituye una falta grave, lo que supone un "incumplimiento del contrato" que, en su opinión, debería rescindirse. Educación informó de que está analizando las quejas para "imponer las sanciones que legalmente correspondan a la empresa adjudicataria, incluyendo la rescisión de contrato".
La empresa, por su parte, informó en un comunicado de que "nunca" ha servido comida caducada y que sus menús cumplen todos los requisitos sanitarios. Serunion reconoce que su personal detectó "en días puntuales" anomalías en la textura o el sabor de los alimentos, pero que estos se retiraron y no llegaron a los comensales.
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