El abate de los 'sin techo'

Se ha muerto cuando uno de los sueños por los que luchó durante la mayor parte de sus 94 años se ha convertido en un objetivo de los partidos políticos franceses: el derecho a la vivienda. El abate Pierre, fundador de la comunidad Compañeros de Emaús, se ganó durante su larga vida el respeto y la devoción de sus compatriotas y ha muerto como el francés más querido y seguro candidato de la Iglesia católica francesa para subir a los altares.

Con 19 años ingresó en un convento de monjes capuchinos, después de renunciar a una gran herencia familiar. Ordenado sacerdote en 1937, durante la guerra fue un activo colaborador de la Resistencia contra la ocupación alemana desde la vicaría de la catedral de Grenoble. El salto a la notoriedad del abate Pierre se produjo después de la guerra, cuando se convirtió -del 45 al 51- en el "fraile diputado" por el Movimiento Republicano Popular (MPR) en un intento de agitar las conciencias en favor de los más desfavorecidos.

Pero fue en 1954 cuando se erigió en mito. El 1 de febrero de aquel año irrumpió en los estudios de Radio Luxemburgo, denunció que una mujer acababa de morir congelada en un bulevar parisiense con la orden judicial de desahucio en la mano y pidió ayuda para los miles de parisienses que dormían a la intemperie en aquel gélido invierno.

Su demanda de solidaridad puso en marcha un inmenso movimiento que a lo largo de los años cuajó en toda Francia y después en decenas de países. Su personalidad y fuerte carácter fue, como en el caso de la Madre Teresa de Calcuta, clave para el éxito de su labor solidaria, cuya piedra angular fue siempre la lucha por ese derecho general a una vivienda digna, aun lejos de alcanzarse.