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Reportaje:

Camps y Zaplana vuelven a la trinchera

La guerra abierta entre los partidarios del presidente valenciano y del portavoz popular en el Congreso alcanza a las listas electorales

El presidente de la Generalitat valenciana, el popular Francisco Camps, quien gusta de recurrir a pasajes bíblicos para explicar sus argumentos, tendrá que apurar su particular cáliz hasta la última gota. El enfrentamiento con los partidarios del portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, Eduardo Zaplana, iniciado en 2003, sigue sin cerrarse y ha reaparecido virulentamente esta semana con motivo del proceso de renovación de los órganos de gobierno de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM).

En esta entidad, campistas y zaplanistas formalizaron el pasado martes la presentación de listas separadas para la renovación de cargos con la indisimulada intención de colocar un presidente afín y lograr el control de la CAM, la cuarta caja de ahorros española, con 6.000 empleados y participaciones estratégicas en sectores económicos como el turístico y el energético.

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Una guerra que ha vuelto a evidenciar la fractura interna de los populares valencianos, antesala de la pugna que ambos grupos mantienen por la confección de las listas para las elecciones municipales y autonómicas de mayo próximo.

"Aquí [en el PP de la Comunidad Valenciana] hay un señor que manda, que es Camps, y otro que dice que manda, que es Zaplana", argumenta un destacado miembro de la dirección regional de los populares. Este alto cargo considera que los zaplanistas -que controlan la dirección provincial de Alicante-, al presentar su propia candidatura en la CAM, contra el criterio del presidente regional del PP y de la Generalitat, Francisco Camps, han dado motivos de deslealtad suficientes como para ser apartados de las candidaturas electorales.

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En el entorno de Camps, la irritación por lo sucedido en la CAM es doble. No sólo por la desobediencia de los zaplanistas, que en Alicante capitanea el presidente provincial del PP y de la Diputación, José Joaquín Ripoll, sino porque están convencidos de que Zaplana ha buscado el apoyo de los socialistas para mantener su cuota de poder en la provincia, a cambio de debilitar al presidente de la Comunidad Valenciana. Y como prueba de ello señalan que la candidatura zaplanista a la Caja de Ahorros del Mediterráneo está pactada con los socialistas, que han aprovechado la fractura del PP para mejorar su representación en la entidad financiera a costa de los partidarios de Camps.

Fuentes de la Presidencia de la Generalitat valenciana se muestran seguras de que Zaplana fraguó sus planes durante un almuerzo mantenido días atrás con el secretario de Organización del PSOE, José Blanco, para hablar de la política antiterrorista. Un extremo que ha desmentido personalmente Zaplana, hastiado de las críticas procedentes de sus correligionarios valencianos, y también el PSOE mediante un comunicado.

Desmentidos a los que el propio portavoz del Gobierno valenciano, el consejero Vicente Rambla, no otorga ninguna credibilidad. En el entorno de Camps se apunta que el acuerdo de Zaplana con el PSOE va más allá y podría incluir un cruce de apoyos tras las elecciones municipales para garantizar la continuidad de José Joaquín Ripoll al frente de la Diputación de Alicante.

Pero, ¿por qué se ha abierto la guerra entre campistas y zaplanistas por el control de la CAM? "La caja es la gran empresa de Alicante, la provincia sigue siendo el bastión de Eduardo Zaplana y ya se sabe que todo gallo quiere ser dueño de un corral", explica una persona del sector financiero. La CAM ha participado en la financiación de la gran mayoría de los grandes proyectos impulsados por Eduardo Zaplana como presidente de la Generalitat entre 1995 y 2002, entre ellos la construcción de Terra Mítica en Benidorm.

La visión de los partidarios de Zaplana en Alicante es muy distinta. Un destacado miembro de la dirección provincial del PP critica a Camps por intentar "prescindir de gente que durante 12 años ha hecho bien su trabajo en la CAM sólo por ser amigos del portavoz popular en el Congreso". "Hay una persecución contra Eduardo Zaplana desde el momento de la toma de posesión como presidente de la Generalitat de Camps", sentencia este alto cargo zaplanista, que teme que el presidente de los populares valencianos haga una limpieza a fondo en las listas municipales y autonómicas.

La dirección nacional del PP no oculta su hartazgo por las broncas de los valencianos, que han obligado a Mariano Rajoy y a Ángel Acebes a intervenir en repetidas ocasiones. Ahora, nuevamente, la dirección del PP ha solicitado a ambos grupos que intenten recomponer la situación en la CAM y, sobre todo, que no ofrezcan imagen de bronca y división en vísperas electorales.

Desde que Camps asumió la presidencia de la Generalitat tras las elecciones autonómicas de 2003, ha tenido un sinfín de pulsos con cargos afines a Zaplana, su predecesor. Ya en agosto de 2003, un diputado provocó el primer incidente al solicitar la dimisión de uno de los consejeros recién nombrados por Camps. En julio de 2004, 20 diputados zaplanistas realizaron un plante parlamentario durante un debate convocado por el propio Gobierno valenciano. En noviembre de ese mismo año, y sólo un día después de que Rajoy clausurase en Castellón el congreso regional en el que se imponía Camps sobre Zaplana, los partidarios de ambos se enzarzaron en una tangana monumental en Elche durante la elección de compromisarios al congreso provincial, con las urnas volando por los aires.

En julio de 2005, dos consejeras firmaron un manifiesto socialista que censuraba al entonces delegado de la Generalitat en Elche y protagonista de la tangana. La legislatura ha estado plagada de incidentes, incluyendo toda clase de disputas públicas, mientras Camps orillaba paulatinamente a los zaplanistas. Tanto para los seguidores de Zaplana como para los de Camps la responsabilidad de la fractura es del adversario interno.

El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, observa a su predecesor y actual portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana.
El presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, observa a su predecesor y actual portavoz del PP en el Congreso, Eduardo Zaplana.S. CARREGUI

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