El presidente resalta la buena salud económica

Agobiado, y seguramente cansado, por el azote del terrorismo, Zapatero destinó gran parte del largo discurso de ayer a la economía, parcela en la que los datos le permiten alegrías.

"Seguramente 2006 ha sido el año más brillantes en términos económicos de todo el periodo democrático", subrayó el presidente, que pronosticó un 2007 en la misma línea: "La economía española crecerá en el entorno del 3,5%, por encima de la media de la UE, y el paro se situará claramente por debajo del 8%, la tasa mínima de todo el periodo democrático, llegando en zonas al pleno empleo [menos del 5% de paro]".

Zapatero arrojó un aluvión de datos para sostener ese optimismo y destacó que las Administraciones Públicas registraron, por segundo año, en 2006 superávit: 1,6% del PIB (unos 14.000 millones de euros), cinco décimas más que en 2005. Esa cifra aumenta en dos décimas la estimación del Programa de Estabilidad y descansa básicamente en la Seguridad Social y, en menor medida, en el Estado, mientras las comunidades autónomas ofrecen un déficit en torno al 0,3%.

La economía española acabó el año pasado con un superávit del 1,6% del PIB

La inflación, una de las lacras tradicionales, ya no le pesa tanto. No por el dato, que sigue siendo de los más altos de la zona euro, sino por la reducción de distancias. La media del año pasado acabó 1,4 puntos por encima de la zona euro, este año espera que esté por debajo de medio punto.

Luego hizo capítulo aparte con el empleo. Desde la reforma laboral de julio de 2006, se han firmado más de 1.200.000 contratos fijos, de los que la mitad corresponden a conversiones de contratos temporales. Para 2007, auguró la creación de medio millón más por ese acuerdo. Con esta mención en su boca, se deshizo en elogios con los sindicatos y los empresarios: "Uno de los factores diferenciales que permite a España crecer por encima de la UE y tener un horizonte de estabilidad es la ejemplar actitud de nuestros sindicatos y empresarios, que contribuyen responsablemente al bienestar colectivo".

Allí estaban para recibir el halago, entre 850 personas (210 periodistas), los secretarios generales de UGT y CC OO (Cándido Méndez y José María Fidalgo) y un ramillete de empresarios, además de más de medio Ejecutivo, dirigentes políticos (del PSOE) y varios embajadores.

Y si al parecer el paro y la inflación ya no son temas de quitar el sueño en este país, sí lo son la productividad y la competitividad, que no mejoran como se quiere. Zapatero no lo evitó. Aseguró que el Gobierno "seguirá invirtiendo en formación, en investigación, desarrollo e innovación (I+D+i), en dotación física y en equilibrio territorial por medio de infraestructuras".

El presidente tuvo que responder alguna pregunta envenenada sobre el rechazo del Gobierno italiano a la entrada de la española Abertis en Autoestrade o sobre la OPA de E.ON a Endesa. "La UE debe tener una autoridad clara e igualitaria", dijo, para añadir: "El sector de la energía, no obstante, plantea particularidades porque hay regulaciones distintas en cada país". Sobre las OPA: "Que el mercado decida".

Y por si alguien tenía dudas de su postura ante la energía nuclear, aclaró que no planea retomarla. "Sigue planteando problemas con los residuos, no existe una respuesta eficaz". El presidente apostó por las energías renovables y alternativas y por una política europea común.