El jefe del Pentágono dice que el despliegue en el golfo Pérsico es para contener a Irán
Los primeros soldados de refuerzo prometidos por el presidente Bush llegan a Bagdad
Los primeros soldados del refuerzo anunciado por George W. Bush para Irak aterrizaron ayer en Bagdad, donde el nuevo plan de seguridad preparado por el Gobierno iraquí ha provocado fricciones con el mando norteamericano. Próximamente llegará también a la región un grupo aeronaval norteamericano y se desplegarán baterías de misiles Patriot en países de la zona. Robert Gates, nuevo jefe del Pentágono, afirmó ayer en su primera visita a la sede de la OTAN en Bruselas que dicho despliegue militar tiene por objetivo demostrar a Irán que el Ejército de EE UU no está "empantanado" en Irak.
Gates fue duro con Irán al que, entre otras cosas, reprochó que no hiciera nada por ayudar a estabilizar la situación en Irak. "Está claro que creen que estamos empantanados en Irán, que ellos tienen la iniciativa, que pueden presionarnos", dijo el sucesor de Donald Rumsfeld. "No están haciendo nada constructivo en Irak. Además, sostuvieron los esfuerzos de Hezbolá para crear un nuevo conflicto en Líbano", agregó el secretario de Defensa norteamericano, que no olvidó los planes nuclearizadores de la República Islámica. De ahí el corolario: "Los iraníes están actuando de un modo muy negativo en muchos asuntos".
Las advertencias de Gates, eco de las realizadas en pasadas jornadas por Bush y el vicepresidente Dick Cheney, invitaron de un modo natural a inquirir sobre si el anuncio del despliegue en el Golfo de un grupo aeronaval encabezado por el portaaviones John Stennis, que acompañará al Dwight Eisenhower, y de un batallón de defensa aérea con baterías de misiles antimisiles Patriot iba dirigido a Irán. Gates no aludió al régimen de los ayatolás, pero lo incluyó en su respuesta. "Queremos que todos los países de la región entiendan que vamos a estar presentes en el Golfo durante mucho tiempo", respondió, porque "la estabilidad del Golfo es un interés estratégico vital para Estados Unidos".
En Teherán -donde se niegan enfáticamente todas las acusaciones de Washington, incluida la de estar ayudando a las milicias que combaten la presencia norteamericana en Irak- el portavoz del presidente Mahmud Ahmadineyad pareció dar la razón a Gates cuando dio la impresión de jactarse de que Estados Unidos no puede "hacer nada" contra Teherán y apuntó que Washington intenta infructuosamente atemorizar al país.
A pesar de esa aparente seguridad, el negociador nuclear iraní, Alí Lariyani, de visita en Riad, entregó el domingo el rey de Arabia Saudí una carta del supremo líder religioso de Teherán, ayatolá Alí Jamenei, en la que le pide que transmita un mensaje de buena voluntad a Condoleezza Rice. La secretaria de Estado realiza una gira por la región que en su etapa saudí abordará la nuclearización de Irán, que inquieta al régimen de los Saud. Según fuentes saudíes, Jamenei solicita al rey Abdulá que ayude a acercar posiciones entre Irán y Estados Unidos.
Avanzadilla
Por otra parte, el general George Casey, comandante de las fuerzas norteamericanas en Irak, anunció ayer la llegada a Bagdad de la avanzadilla de los 21.500 hombres que Bush anunció la semana pasada. Casey no reveló el número de los llegados, pero calificó de exageradas algunas informaciones que hablaban ya de 4.000 soldados más en la capital. Sí fue explícito con las diferencias creadas entre estadounidenses e iraquíes, sobre la operación de seguridad que se pondrá pronto en marcha para intentar contener una situación desbocada. "Las transiciones generan fricciones. Y estamos en una época de transición", dijo, en referencia a la paulatina transferencia de responsabilidades a los mandos iraquíes. "Estamos trabajando para que no haya malos entendidos".
Para Casey, el hecho de que los iraquíes se hayan puesto al frente del plan debe contribuir a su efectividad, si bien "como ocurre con todos los planes no hay garantías de éxito". A la martirizada población civil le hizo saber que los tiempos malos van a continuar y que habrá que esperar meses antes de que se puedan ver resultados. En cualquier caso, "las fuerzas norteamericanas seguirán bajo mando de EE UU", subrayó Casey. [Fuentes políticas iraquíes, citadas por la agencia Reuters, aseguraron ayer que la operación de pacificación de Bagdad anunciada por Bush "durará al menos seis meses".]
Estados Unidos pretende ceder al Gobierno iraquí el grueso de la responsabilidad militar hacia finales de año y el primer ministro, Nuri al Maliki, ha pedido a la OTAN que incremente su esfuerzo de formación y equipamiento de sus militares, según anunció ayer el secretario general de la Alianza, Jaap de Hoop Scheffer, quien dio por hecho que se atenderá esa petición. Una fuente aliada señaló que se trata de ampliar a suboficiales los cursos que ahora se vienen dando a oficiales. España participa en esa formación preparando especialistas antiminas en Hoyo de Manzanares (Madrid).
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