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Más de 200 requerimientos recientes de la Xunta

De 1997 a 2003, el Ayuntamiento de Mos dio licencia a la construcción o ampliación de 104 naves. De ellas, 45 licencias corresponden a proyectos de Ángel Sío en su calidad de ingeniero técnico industrial.

Las denuncias de la oposición sobre lo que estaba sucediendo nunca fueron escuchadas. En 2002 la actual alcaldesa, María Jesús Escudero, se quejaba desde la oposición de no "recibir respuestas adecuadas" a sus denuncias pese a que existían "acuerdos tomados". Y acusaba a Ángel Sío, a la sazón concejal delegado de Infraestructuras y miembro de la comisión informativa de Urbanismo, de ser el responsable de la situación.

Como profesional y empresario, el concejal se dedicaba a "estudios y proyectos en general de construcción, instalaciones, mediciones, topografía, peritaciones y valoraciones, compraventa de todo tipo de fincas, tanto rústicas como urbanas, así como su urbanización, agrupación, parcelación y arrendamiento, y compraventa de toda clase de bienes muebles". Aunque sólo fuera por ética, proponía Escudero, Sío debía cesar. No lo consiguió por el voto de calidad del alcalde, Ramón Alonso, del PP.

Sío no es el único responsable del caos urbanístico. Frente a Correos, por ejemplo, había un solar para hacer viviendas. Una empresa portuguesa construyó una nave que ocupó el 100% de la parcela, sin reparar en la red municipal de saneamiento, que dejó enterrada en el subsuelo de la nave, ni en el tendido eléctrico, uno de cuyos postes fue integrado a la planta y ahora asoma por su tejado... El asunto está en el contecioso-administrativo, esperando la orden de derribo. "Eso no se puede legalizar", dice Escudero.

En el Ayuntamiento ya se han recibido más de 200 requerimientos de la actual Xunta para que se aporten datos sobre fotos aéreas de edificaciones sospechosas. El anterior Gobierno gallego, sin embargo, mostraba una extraña predisposición a atender con rapidez las peticiones de exenciones de uso del suelo, que permitieron instalar naves en suelo rústico recalificado por este medio como industrial. Dar techo a los emprendedores y crear empleo o mejorar las previsiones fueron argumentos determinantes para aplicar las exenciones de uso del suelo.

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