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El alcalde de Vila-real dimite 50 días después de ser condenado por prevaricación

El regidor dice que se va por presiones de la oposición y no para acatar el fallo del Supremo

María Fabra

El alcalde de Vila-real, Manuel Vilanova, del PP, dimitió ayer ante el pleno municipal, 50 días después de conocerse la sentencia del Tribunal Supremo que lo condenó a un año y medio de prisión y ocho años de inhabilitación por prevaricación. Vilanova dijo que abandona el cargo por la "presión" que los grupos de la oposición han ejercido sobre su persona y sobre el PP y no como acatamiento de la sentencia del tribunal. El Supremo ha establecido que el regidor "se situó del lado de una industria contaminante en contra de los intereses de los ciudadanos, sabiendo a ciencia cierta que vulneraba la legalidad que regula la emisión de ruidos".

Los denunciantes señalaron que Vilanova debió dimitir en cuanto conoció la sentencia
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Según la sentencia, el alcalde de Vila-real, ciudad castellonense de unos 42.000 habitantes, demostró una "reiterada conducta de pasividad y desprecio hacia los intereses de sus ciudadanos, haciendo oídos sordos a la situación que sufrían y permitiendo la actuación de la industria, a sabiendas de que actuaba en contra de las disposiciones legales".

Aún así, Manuel Vilanova insistió ayer en su consideración de que el fallo es "injusto" ya que, según dijo, "los hechos se ciernen sobre un expediente administrativo abierto y resuelto" que, en cualquier caso, fue denunciado por la vía penal por los vecinos afectados. Vilanova añadió: "No quiero dar la falsa imagen de político aferrado a su cargo contra viento y marea". En una conferencia de prensa junto al presidente provincial del PP, Carlos Fabra, añadió que el mismo día que conoció la condena puso su cargo a disposición del partido, "cumpliendo así el código deontológico".

Sin embargo, la voluntad de renunciar a la alcaldía no fue aceptada por el PP. Vilanova, que ha pedido el indulto, no podrá repetir como candidato y su partido, tras resistirse a ello, ha optado por aceptar su salida de la política para dar paso al recién nombrado candidato, Juan José Rubert, que ahora será alcalde pese a que en las anteriores elecciones ocupaba el número seis en la lista. De hecho, Vilanova desveló que iba a abandonar el cargo la pasada semana y que Fabra le pidió que lo retrasara hasta ayer para no eclipsar el acto de presentación de candidatos que el PP organizó el fin de semana en Vila-real.

Rubert acompañó ayer al todavía alcalde en su anuncio de dimisión, al igual que ha hecho en los últimos días en todo tipo de actos más. Junto a Vilanova se encontraba también el líder del PP en Castellón, Carlos Fabra, imputado por varios delitos relacionados con el tráfico de influencias. Fabra sólo tomó la palabra cuando fue preguntado y dijo: "Siempre he estado a su lado y seguiré estándolo, puesto que ha sido un lujo tener a un alcalde como él en el PP". El líder popular destacó el apoyo que el condenado ha tenido de su partido, tanto en lo que respecta a la dirección provincial como a la dirección regional, que encabeza el presidente de la Generalitat, Francisco Camps.

Dirigentes de la oposición, tanto socialistas como de Esquerra Unida y del Bloc Nacionalista Valencià, han descrito la insistencia del alcalde en seguir en la vida política como un "adelanto" de lo que prevé hacer Fabra pese a todas sus imputaciones. Para el hasta ayer alcalde, la demora en su renuncia ha estado motivada en la "responsabilidad política y personal". Vilanova alegó que "ante el desconcierto producido por la sentencia a todos los niveles, ya que no existen precedentes que la hagan equiparable a ninguna otra sentencia por los hechos encausados, debía actuar con responsabilidad y con el asesoramiento legal necesario, y sin precipitaciones". La oposición no ha dejado de exigir su dimisión.

El secretario general de los socialistas valencianos y candidato del PSPV-PSOE a la Generalitat, Joan Ignasi Pla, dijo ayer mismo que Vilanova tenía que haber dimitido "desde el primer momento, porque el respeto a la legalidad y a la justicia es fundamental para que los ciudadanos interpreten que sus responsables políticos son como ellos".

Por su parte, Concepción Capella, que interpuso con su marido la denuncia, señaló ayer que Vilanova debió dimitir en cuanto conoció la sentencia del Supremo. El abogado de los demandantes, Santiago Albiol, criticó al alcalde por haber echado un "pulso innecesario" al poder judicial y por adoptar "tarde y mal" la decisión de dimitir.

Manuel Vilanova (a la izquierda) anuncia su dimisión como alcalde. A su lado, Carlos Fabra.
Manuel Vilanova (a la izquierda) anuncia su dimisión como alcalde. A su lado, Carlos Fabra.ÁNGEL SÁNCHEZ

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