Barcelona es la provincia más cara de España, y Badajoz, la más barata
El desarrollo económico territorial depende del avance de la construcción y los servicios
La cesta de la compra tiene un precio muy diferente según la zona de España donde se adquieran los productos. A igualdad de ingresos, Barcelona resulta la provincia más cara, con casi 10 puntos por encima de la media española en 2005, una posición que anteriormente ocupaba Girona. En la cola de las más asequibles figura Badajoz (15 puntos por debajo de la media), que se ha mantenido en el mismo puesto. Los territorios que más avanzan económicamente son aquellos cuya actividad está más vinculada a los motores de crecimiento del país: la construcción y los servicios.
El panorama económico español varía enormemente en función de la provincia donde se resida. El desarrollo de los últimos años ha estado muy vinculado al auge de la construcción y de los servicios y se ha centrado en las zonas con mayor crecimiento de la población. Es el diagnóstico que realiza Funcas, la fundación de las cajas de ahorros, que ayer difundió su balance económico regional con datos hasta 2005. "Lo ideal sería que la construcción dejara de ser el motor económico del país", subraya Pablo Alcaide, autor del informe. Éstos son los aspectos más relevantes:
- Cesta de la compra. Los productos básicos cuestan mucho más en algunas provincias, no necesariamente en aquellas cuyos habitantes disponen de mayor renta. Si llenar el carrito de la compra cuesta una media de 100 euros en España, un barcelonés paga 110 euros y a un pacense le basta con 85 para la misma cesta de productos. No obstante, la comparación se realiza considerando que los salarios son idénticos en toda España, un supuesto poco verosímil, pues ni siquiera la mayoría de los funcionarios (salvo el medio millón de la Administración General del Estado) ganan lo mismo en todas las comunidades.
Lo asequibles que resulten los productos en función del territorio no es el único factor relevante para valorar el esfuerzo que realizan los ciudadanos al comprar. Así, aunque Barcelona es la ciudad más cara, su nivel de renta familiar (incluye los ingresos monetarios y otras rentas en especie, como las becas o las prestaciones sanitarias) no es el más elevado respecto a la media española. Es decir, a un barcelonés le sale un 10% más caro llenar su frigorífico pese a que sus ingresos prácticamente son idénticos a la media, según los datos de Funcas.
El poder de compra es desigual también por otras variables. Un informe reciente del Fondo Monetario Internacional (FMI) achaca a las barreras regionales en la distribución comercial el diferencial de precios entre comunidades, informa Claudi Pérez. El estudio -publicado en el último trimestre del año pasado- no refleja la posición oficial del Fondo, pero reproduce una vez más las duras críticas del FMI a las barreras impuestas por algunas comunidades para el establecimiento de grandes superficies, los impuestos específicos para los hipermercados que tienen algunas comunidades o los obstáculos a la apertura de outlets. "Las barreras en el comercio en España han generado un diferencial persistente de precios entre regiones", concluye.
Las diferencias de precios tienden a agravarse. En los últimos cinco años, la distancia entre la provincia más cara y la más barata ha pasado de 15 puntos a 24.
- Crecimiento dispar. El avance económico tuvo un "comportamiento territorial extraño" en 2005, es decir, que no sigue un patrón regional definido. Pablo Alcaide, uno de los dos autores del estudio, lo aclara: "Los dos motores de crecimiento son la construcción y los servicios. En la medida en que tengan más importancia estas actividades se producirá un mayor desarrollo en un territorio". Murcia, Madrid, Sevilla y Cádiz figuran como las provincias con mayor crecimiento del producto interior bruto (PIB).
- Más parados en el sur. Los datos del desarrollo económico chocan en algunos casos con los del empleo. Así, Cádiz, la cuarta mejor provincia en avance del PIB, concentra el mayor volumen de paro de España: el 20% de la población activa. También Sevilla, con buen desempeño económico, figura entre las de mayor desempleo. La disonancia puede explicarse en parte porque esos territorios crecen mucho al calor del boom inmobiliario y del turismo, pero menos que la población en búsqueda de trabajo. También el empleo sumergido influye en esa disparidad.
- Baja productividad. El empleo avanza a ritmos muy dinámicos, pero la productividad se estanca. Alcaide relaciona este fenómeno con los casi cinco millones de inmigrantes que han llegado a España desde 2000. Este experto argumenta que los extranjeros se dedican principalmente a labores con baja productividad. "Últimamente están viniendo inmigrantes del Este, más cualificados, pero hasta ahora ha sido así", explica.
- Explosión demográfica. La inmigración ha determinado también un fuerte crecimiento de la población, muy polarizado según el territorio. Las provincias donde más ha crecido entre 2000 y 2005 son en general costeras, salvo la que encabeza la lista (Guadalajara). Le siguen Alicante, Tarragona y Almería. Por el contrario, la población ha decrecido en zonas de interior menos desarrolladas como Palencia o Zamora.
- Por encima de Europa. Siete comunidades tienen una renta por habitante superior a la de la Europa de 15 Estados. Madrid es la que más destaca, mientras que Extremadura es el territorio que menos converge con la media comunitaria.
LAS CLAVES DEL DESARROLLO ECONÓMICO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS
- El poder adquisitivo de un euro no es igual en todos los territorios. Las diferencias entre la provincia más cara y la más barata alcanzan el 24%.
- Las zonas con un tejido económico más ligado a la construcción y los servicios avanzan con mayor rapidez, aunque algunas presentan un paro elevado.
- La inmigración ha propiciado gran parte del crecimiento económico y demográfico pero también ha influido en el estancamiento de la productividad.
- Siete comunidades españolas tienen una renta por habitante superior a la media europea de 15 Estados.
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