Una nueva figura de culto
En París está apareciendo una nueva figura de culto entre el público del arte y la literatura. Su leyenda empezó a crearse con los surrealistas; en las décadas de 1960 y 1970, con las feministas alemanas, y ahora, es admirada por un público amplio entre los que existen auténticos conversos a la figura de Unica Zürn, compañera sentimental de Hans Bellmer, autora de unos exquisitos dibujos y de anagramas, que se suicidó en l970 tirándose por la ventana después de haber pasado por varios hospitales psiquiátricos.
Ahora el museo de la Halle Saint-Pierre de París ofrece una bellísima retrospectiva de su obra dibujada y pintada, abierta hasta el 7 de marzo de 2007.
Antes de conocer a Bellmer, el autor de la célebre Poupée (1933), Unica pasó una infancia burguesa en Berlín, en casa de su padre, Ralph Zürn, militar, escritor, periodista y editor, una casa repleta de libros y obras de arte oriental.
Unica Zürn engrosará desde ahora las listas de artistas visionarios de la posguerra
Trabajó como guionista en la UFA (sociedad de producción cinematográfica), y se divorció de un primer marido con el cual tuvo dos hijos. En esta época, en la que según ella misma escribió "se moría de hambre", empezó a escribir cuentos cortos de corte fantástico, algunos de los cuales han sido publicados en español por Siruela. Su vida cambia radicalmente cuando conoce a Bellmer, en septiembre de l953, a quien ama desde el primer instante y con quien compartirá una vida bohemia, llena de privaciones materiales pero llena también de intensos encuentros. Conoció a Henri Michaux, en quien se inspiró para su obra L'Homme-Jasmin (l965), a Max Ernst, a Man Ray, Marcel Duchamp, Víctor Brauner, Klossovki...
Es Bellmer quien la empuja a dibujar en la línea automática que la caracterizará y es él quien le enseña a hacer anagramas, una creación que ella acomete con "obstinación y alegría", publicando sus resultados en su libro Hexentexte (Textos brujos), publicados por la Galería Springer en l954.
Sobre los dibujos y óleos que ahora pueden verse en la Halle St. Pierre uno puede preguntarse si son los dibujos de una enferma mental o no; según su gran amiga Ruth Henry, Unica pintaba fuera de sus crisis. Sin embargo, su arte tiene mucho en común con el del art brut coleccionado por Dubuffet (el arte realizado por los locos y marginales), aunque también evoca el de su amigo Michaux, por su densa acumulación de trazos, ojos, líneas vibrantes y espacios tupidos.
En sus dibujos -iniciados en l953- aparecen criaturas fantásticas, rostros humanos o híbridos entre animales y humanos, dibujados con una línea densa y alveolada y en los que el motivo suele rellenarse obsesivamente con tramas o mallas. Ella será capaz de crear gatos llameantes, lagartos con rostro de lobo, lobos con cara de pájaro, peces abisales de grandes ojos asustados, serpientes con dos cabezas, insectos tan humanizados que parecen deprimidos, aves de picos curvos y con dos pechos... Todo es un flujo, una línea viva, una germinación. Es curioso cómo, para alguien constantemente abocado al suicidio, vienen a la mente, al ver sus dibujos, palabras como brote, nacimiento y reproducción, conceptos estrechamente ligados a la idea de vida. También aparecen en ellos puntos de energía, expresados mediante dendritas o como ojos. En suma, un lenguaje extremadamente personal que a partir de ahora pasará sin ninguna duda a engrosar las listas de los possurrealistas y artistas visionarios de la posguerra del siglo XX.
Coincidiendo con la muestra, se han publicado en edición privada, asequible mediante subscripción (Le Son Lointain, 4 Villa de Grenelle, 75015 Paris; Lesonlointain@noos.fr) las cartas de Unica Zürn a su amiga Ruth Henry, periodista, exmujer de Maurice Henry y traductora del Manifiesto Surrealista al alemán. En ellas se conocen muchos nuevos detalles sobre la edición de sus libros -que Ruth ayudó a publicar- y dos de ellas arrojan nueva luz sobre los últimos momentos de la vida de la artista. En una le dice que, al salir de la clínica psiquiátrica, tiene una cita con Bellmer, con quien, si él está de acuerdo, quisiera volver a vivir por un tiempo. Si no, añade, "acepto tu invitación para pasar algunos días en tu casa". Sin embargo, no fue Ruth Henry -enferma de gripe- quien la fue a buscar a la clínica, sino el marchante André François Petit, que la llevó, efectivamente, a casa de Bellmer, y quien no reparó -según Ruth Henry- en que la artista no llevaba maleta. Y tras una noche, según testimonio de Bellmer, de tranquila conversación, Unica cogió una silla y se tiró por la ventana. Hans Bellmer murió en l975 y fue enterrado junto a Unica, en una tumba con la siguiente inscripción: "Mi amor te seguirá hasta la eternidad".
victoriacombalia@gmail.com
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.