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Reportaje:

El demonio de Soweto

Un documental destapa el fraude de un orfanato surafricano que recibió donaciones millonarias y el apoyo de Mandela y Clinton

Nelson Mandela se estaba tomando unos días de descanso en Maputo, la capital de Mozambique, cuando recibió una noticia que lo dejó helado. De ser cierta, no sólo pondría su criterio -y, en cierto modo, su prestigio- en entredicho, sino que además tendría consecuencias nefastas para la misión a la que el antiguo presidente de Suráfrica ha estado dedicando los últimos años de su vida: recaudar todo el dinero posible para los pobres de África.

Se trataba de una mujer llamada Jackie Maarohanye, conocida por Bill Clinton, por la estrella de televisión norteamericana Oprah Winfrey y por miles de donantes más en todo el mundo como El Ángel de Soweto. Jackie Maarohanye era, según la leyenda que Mandela mismo ayudó a fomentar, una especie de madre Teresa africana. Fundó un colegio para huérfanos en Soweto, la ciudad gueto al lado de Johanesburgo donde vivió Mandela. Muchos de los niños decían haber vivido historias escalofriantes. Unos contaban cómo habían visto morir a sus padres acuchillados, otros narraban cómo habían tenido que recurrir a la prostitución para dar de comer a sus hermanos. El colegio no sólo ofrecía refugio, alimento y esperanza, sino que también reportaba unos éxitos académicos muy por encima de la media escolar.

"Mama Jackie nos dijo: 'Hoy debéis llorar en serio... debéis llorar más que nunca"

Winfrey, que el año pasado firmó un cheque de un millón de dólares y se lo entregó a Maarohanye nada más aterrizar en Suráfrica, la describió como "un ángel sobre la tierra". Los medios surafricanos la definían como "un tesoro nacional". El actual presidente de Suráfrica, Thabo Mbeki, llamó a su colegio "el sueño de África".

Ahora resulta, según un prestigioso programa de televisión surafricano llamado Carte blanche (Carta blanca), que esta señora de orígenes humildes, nacida en tiempos del apartheid, logró engañar a algunas de las personas e instituciones más conocidas del mundo. Carte blanche alega que todo fue mentira -un elaboradísimo fraude-, un montaje para que Mama Jackie, como la llamaban los niños, se pudiera enriquecer.

Tanto Mandela como Clinton como Winfrey han pedido que se les envíen copias del programa, cuya denuncia central es que Maarohanye presionó a sus alumnos para que se aprendieran de memoria historias terribles de asesinatos, de violación y miseria que ella misma se inventaba. Los mismos niños después incluso pasaban hambre, según Carte blanche, mientras ella llevaba una vida de lujo.

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Carte blanche entrevistó a niños y adolescentes que habían seguido las órdenes de Mama Jackie. Niños, por ejemplo, que aparecieron en un documental hecho hace dos años para recaudar fondos para el colegio, en el que contaban historias estremecedoras sobre cómo habían visto morir a sus padres, cuando la realidad es que viven con ellos felices, en sus casas.

Hace cinco años, 45 niños del colegio viajaron a Estados Unidos invitados por los Clinton. Entre otras cosas, hablaron ante la ONU en Nueva York. "Fuimos allí", contó a Carte blanche un chico que no se identificó, "y Mama Jackie nos dijo: 'Hoy debéis llorar en serio... Debéis llorar más que nunca".

Según Maarohanye, los 45 que fueron a la ONU eran huérfanos, y sus padres, casi todos víctimas de la violencia política. Mentira, dice Odette Schweiger, la productora del documental. "Hemos entrevistado a algunos de sus padres".

Una adolescente llamada Lebogang Makheta, por ejemplo, mantuvo hace cinco años que sus progenitores habían muerto y que ella había sido violada y, como consecuencia de ello tuvo un bebé, del que Mama Jackie se encargó. "A mi madre la mataron con una lanza que atravesó su estómago, y mi padre murió a tiros", dijo Lebogang en 2001. Ahora confiesa que aquel hijo no fue producto de una violación, que Maarohanye nunca lo cuidó y que sus padres viven. "Todo, todo fue mentira", reconoció Lebogang en el programa. "Hice lo que Mama Jackie me decía, porque ella me aseguró que así ayudaría a los niños".

La madre de Lebogang también fue entrevistada en el programa. Cuenta cómo un día fue a un evento para los patrocinadores. "Me sorprendió ver a los niños llorando, contando que eran huérfanos", dijo la señora. "Jackie me dijo que no me preocupara, que era una actuación teatral".

Lindiwe Thusi, otra chica del grupo que fue a la ONU, sostuvo durante años que había visto el cuerpo decapitado de su padre, y que su profesor la había violado, o que había tenido que ejercer de prostituta para dar de comer a sus hermanas. "Todo estaba escrito en el guión que nos dio Mama Jackie", dice ahora Thusi. "Cuando venían los patrocinadores o los periodistas, teníamos que ponernos a llorar y contar esas historias". Lindiwe añade que su padre vive y es soldado, que nunca se prostituyó y que ningún profesor la violó.

La alegación más siniestra que hacen los entrevistados es que Maarohanye imponía castigos contra los que no obedecían sus reglas; que tenía un grupo de jóvenes de confianza cuya tarea consistía en amedrentar a los niños y golpearles si lo consideraba necesario. Maarohanye ya ha comparecido ante un tribunal en Johanesburgo, acusada de secuestro, asalto, violencia pública, daños a la propiedad y robo, debido, precisamente, a los actos de delincuencia en los que sus chicos supuestamente se han visto involucrados.

Mama Jackie (izquierda) y el actor Chris Tucker reparten regalos a escolares en Soweto en septiembre de 2005.
Mama Jackie (izquierda) y el actor Chris Tucker reparten regalos a escolares en Soweto en septiembre de 2005.AP

El antecedente de Winnie Mandela

El caso de Maarohanye recuerda el de Winnie Mandela, que durante los años en los que su marido estaba encarcelado se convirtió en un icono de la resistencia negra contra el apartheid. Reconocida por su valor tanto fuera como dentro de Suráfrica, donde era conocida entre la población negra como la Madre de la Nación, acabó sucumbiendo a la criminalidad. Su séquito, una banda de jóvenes que se ponían el nombre de Mandela United Foot-ball Club, no sólo robaron, sino que participaron en más de una docena de asesinatos. Todas sus víctimas eran personas negras que vivían en Soweto.

Cuando Nelson Mandela se enteró de la verdad sobre su mujer se llevó el disgusto más grande de su vida. Ahora, a los 88 años, llueve sobre mojado. Él mismo fue el que ayudó a Maarohanye a levantar su proyecto en 1999. Y fue su prestigio el que convenció a los Clinton y a la ONU a prestar su ayuda; a Brad Pitt y a Oprah Winfrey a donar su dinero.

Maarohanye no ha querido dar ninguna entrevista desde que se transmitió el programa de Carte Blanche a finales del mes pasado. Se ha limitado a negar las acusaciones en su contra. Pero tres de sus aliados más cercanos en la junta directiva del colegio, uno de ellos el presidente, han dimitido, declarándose "profundamente disgustados".

Empleados de las fundaciones caritativas que Mandela ha creado para los niños pobres de África, para víctimas del sida, para becas universitarias temen que el efecto Mama Jackie limite seriamente el ingreso de futuras donaciones.

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