Más de 170.000 personas reclaman en Madrid la unidad política para acabar con el terrorismo
Unas 250.000 personas se manifestaron ayer en Madrid y Bilbao para exigir el fin de ETA y condenar el asesinato de dos ciudadanos ecuatorianos en el devastador atentado contra un aparcamiento de la T-4 del aeropuerto de Barajas. Las protestas discurrieron sin incidentes y con la notable ausencia del PP y de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, que se negaron a sumarse a las marchas pese a que han convocado cinco contra la negociación con ETA desde que gobierna el PSOE. La marcha de Madrid fue una llamada a la unidad, mientras que en Bilbao el lehendakari Ibarretxe anunció que tomará la iniciativa para lograr acuerdos políticos, siempre sin ceder ante ETA. También hubo manifestaciones en Navarra,Galicia y Aragón.
Chaves y Caldera piden al PP que deje de usar el terrorismo como arma política y procure la unidad de los demócratas
La Delegación del Gobierno cifró la asistencia en 174.824 personas, y la Comunidad de Madrid, en 210.000
La manifestación contó con víctimas del terrorismo, que hicieron un intento final para sumar a la AVT de Alcaraz
Decenas de ciudadanos dejaron sus pancartas ante la sede del PP al acabar la marcha
Decenas de ciudadanos dejaron sus pancartas ante la sede del PP al acabar la marcha
Un solo lema, largamente elaborado, sirvió para reunir ayer en las calles de Madrid a cerca 171.000 personas -según cálculos de EL PAÍS, frente a 175.000 que contó la Delegación del Gobierno- para repudiar el terrorismo de ETA y condenar el atentado en Barajas, en el que el pasado día 30 fallecieron los ciudadanos ecuatorianos Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio. Pero fue una sola palabra, la palabra unidad, la que más se repitió tanto durante la marcha como en la lectura del manifiesto que dio fin a la protesta. La manifestación bajo el lema Por la paz, por la vida, por la libertad y contra el terrorismo, convocada por los sindicatos CC OO y UGT y por la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España, congregó a la plana mayor del PSOE y otros partidos, a representantes del Gobierno, del mundo de la cultura y las artes, a víctimas del terrorismo, así como a miles de ecuatorianos.
La manifestación, bajo una suave temperatura invernal, se inició en la plaza de Colón de Madrid y discurrió sin incidentes, bajo un férreo servicio de orden de las centrales sindicales y una fuerte presencia policial en los alrededores. La protesta, en la que fue notable la ausencia de cualquier cara conocida de la Asociación de Víctimas del Terrorismo y del Partido Popular (sí estuvo presente el constitucionalista Miguel Herrero de Miñón) careció de pancartas de apoyo al Gobierno o de críticas a la oposición o a la AVT, a la que se intentó atraer a la manifestación hasta última hora.
Horas antes del inicio de la marcha, las asociaciones de víctimas que participaron en la manifestación hicieron un último llamamiento a la unidad y lamentaron la ausencia de la AVT. "En una manifestación con un lema tan claro de rechazo al terrorismo, no hay excusa para no estar", incidió el portavoz de la Federación de Asociaciones Autonómicas de Víctimas del Terrorismo, Roberto Manrique, tras la reunión que mantuvieron las asociaciones con los organizadores de la marcha. Manrique estuvo en la manifestación junto a Pilar Manjón, la presidenta de la Asociación 11-M Afectados del Terrorismo. "Siempre estaré en una manifestación que sea contra el terrorismo y contra la muerte", declaró Manjón. Junto a ellos se encontraba una docena de personas que aseguraban ser miembros de la AVT.
El presidente de esa asociación, Francisco José Alcaraz, reprochó a estas entidades que no acudieran a las cinco marchas que la AVT ha convocado contra el terrorismo. No obstante, los lemas de éstas eran fundamentalmente contra la negociación del Gobierno y ETA. Alcaraz incluso acusó a los convocantes de ser "palmeros" del Gobierno.
Los manifestantes corearon en todo momento gritos en contra de ETA y por el fin del terrorismo, pero también gritaron consignas en las que recordaban la ausencia de los obispos y los dirigentes del PP y, muy especialmente, del alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón. Los organizadores repartieron miles de pancartas individuales en las que sólo se leía la palabra paz. A su alrededor, centenares de banderas ecuatorianas.
La manifestación iba jalonada por varias pancartas contra el terror. Los dirigentes de los dos sindicatos convocantes, Cándido Méndez (UGT) y José María Fidalgo (CC OO), portaban la pancarta principal, acompañados de prácticamente todos los cuadros del sindicato. "Pido a los dos grandes partidos políticos que dejen de manifestar en público sus diferencias y den a los ciudadanos la seguridad de que nuestras instituciones no se tambalean ante los atentados", declaró Fidalgo. Méndez, por su lado, fue tajante: "Hoy hay que insistir en lo que nos une a todos: la lucha contra el terrorismo, contra ETA y por vivir en paz".
El Gobierno envió a la manifestación de Madrid a cuatro representantes oficiales: los ministros de Trabajo, Jesús Caldera (por el hecho de que los fallecidos y los convocantes son inmigrantes), y de Cultura, Carmen Calvo (por la presencia de representantes de las artes y la cultura); y las secretarias de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, y para Iberoamérica, Trinidad Jiménez, quienes acompañaron hasta Ecuador los féretros de Palate y Estacio.
"Mi sentimiento es de tristeza, por lo que ha sucedido, por lo que sucede. Pero esta manifestación alienta, da esperanza... Sería deseable que el PP esté con nosotros, pero ha tomado una decisión estratégica, y utiliza su ausencia como un arma política. Es una decisión que ha tomado, desearía que la revocara", subrayó Caldera durante la marcha.
La representación socialista iba encabezada por el presidente del partido y de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, quien quiso dejar claro que la manifestación de ayer sólo era contra la organización terrorista que ha causado casi 1.000 muertos. "Aquí estamos, unidos contra ETA, y no contra el PP. Falta gente, pero el objetivo es conseguir que pronto estemos todos. Estamos seguros de que el PP se incorporará", dijo.
Junto a Chaves desfilaron, entre otros, el secretario de Organización socialista, José Blanco; la vicepresidenta del Congreso, Carme Chacón; los candidatos al Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid, Miguel Sebastián y Rafael Simancas, respectivamente; así como otros representantes socialistas como Juan Barranco, Carmen Alborch o Pedro Zerolo. La unidad de todos los partidos parlamentarios que no son el PP quedó de manifiesto con la presencia en la protesta de representantes de Izquierda Unida, entre ellos su líder, Gaspar Llamazares, ERC o CiU.
Tras dos horas de manifestación, fue leído un manifiesto en la Puerta de Alcalá por parte del presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Ecuatorianos en España, Santiago Morales; la escritora Almudena Grandes (en sustitución de Rosa Regás, afónica) y la activista ecuatoriana por los derechos sociales Lucía Rosero. El texto, que arrancaba con una cita de Octavio Paz (Libertad bajo palabra), fue una condena rotunda al atentado de la T-4, una petición de solidaridad con las víctimas y una muestra de rechazo frontal a todos los terrorismos, pero especialmente al de ETA. Pero el sentido del mensaje era reclamar la unidad de los demócratas para acabar con el terrorismo. "Urgimos a la unidad de todos los partidos democráticos, de todas las organizaciones sociales y de todos los ciudadanos en torno a las instituciones democráticas para hacer frente al terrorismo, derrotarlo y poner fin a la violencia, sentando las bases de la paz y la libertad", decía el texto, que acababa con una frase en quechua: "Shuc makilla, shuc yuyailla, shuc shungulla (Un solo puño, un solo pensamiento y un solo corazón)".
Los convocantes prefirieron no dar cifras de asistencia y se remitieron a las que ofreció la Delegación del Gobierno. Ésta cifró la asistencia en 174.824 personas a las 18.25, y dio todos los datos para saber cómo cuenta. Estos números son superiores a los de la última manifestación de la AVT, que según la Delegación reunió el pasado 25 de noviembre a 130.000 personas. No obstante, iguala las cifras oficiales de las dos anteriores protestas convocadas por la asociación de Francisco José Alcaraz.
EL PAÍS ha calculado 171.000 asistentes, frente a los 120.000 de la de la AVT. La Comunidad de Madrid dijo que acudieron, sin decir cómo cuenta, 210.000 personas, frente a los 1,3 millones de la de Alcaraz y el PP. La marcha discurrió sin incidentes, salvo el zarandeo de una periodista de Telemadrid (que retransmitió en directo la manifestación pese a que hubo gritos de "Telemadrid manipulación") y, al final de la protesta, numerosos ciudadanos depositaron sus pancartas en la sede central del PP, en la calle de Génova.
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