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El conflicto de Irak

Europa reacciona con escepticismo al nuevo plan de la Casa Blanca

El Reino Unido se desmarca de la estrategia y anuncia que no enviará más tropas a Irak

La nueva estrategia de Bush para Irak fue recibida sin ningún entusiasmo en Europa. El principal aliado de EE UU, el Gobierno británico, salió al paso para anunciar que no enviará ni un soldado más a Irak. Está claro que Londres está pensando más en irse del país árabe que en aumentar su presencia. Los Gobiernos de Francia y España, por su parte, insistieron en que la solución para Irak no pasa por el despliegue militar, sino por la diplomacia.

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La ministra británica de Exteriores, Margaret Beckett, confirmó ayer que el Reino Unido no reforzará sus tropas en Irak porque, como señaló Tony Blair el día anterior en la sesión de control parlamentario, la situación en Basora, la zona sur de Irak donde se concentran los soldados británicos, es muy distinta de la de Bagdad. "No tenemos la misma violencia sectaria entre suníes y chiíes, no tenemos a Al Qaeda ni a la insurgencia suní operando de la misma forma", dijo ayer Blair a la cadena de televisión de BBC.

Beckett saludó con diplomacia la decisión del presidente estadounidense, George W. Bush, de enviar refuerzos a un conflicto en el que Londres apuesta ya por la retirada parcial de sus tropas. "Confiamos en el éxito de este esfuerzo conjunto [de EE UU y el Gobierno iraquí] para resolver la muy difícil situación de la seguridad. Pero para nosotros la situación es diferente no tenemos la intención de enviar más tropas", dijo Beckett.

La responsable de Exteriores no adelantó fechas ni cifras del repliegue de tropas británicas, que algunos medios calculan en 3.000 soldados, cerca de la mitad del personal desplazado en Irak, para el próximo mes de mayo. "Esperamos continuar avanzando para estabilizar la situación en Basora y ceder más responsabilidades a las fuerzas iraquíes", señaló Beckett.

Varios analistas británicos opinaron ayer que la llegada de los refuerzos estadounidenses al centro de Irak desestabilizará la situación en el sur, convirtiendo a las tropas del Reino Unido en claro objetivo de la milicia chií. El reputado columnista Martin Kettle señala en el diario The Guardian, que "el anuncio de Bush es otra humillación para la política de Blair en Irak", puesto que el presidente estadounidense ha ignorado la apuesta del primer ministro británico por hallar una salida diplomática al conflicto iraquí.

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Por su parte, el ministro de Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, dijo que España respeta la decisión del Gobierno estadounidense de aumentar el número de tropas, pero insistió en que las crisis que afectan a la estabilidad en esa región "sólo tienen soluciones políticas" y que únicamente "a través del diálogo" se pueden alcanzar soluciones "definitivas". El ministro de Exteriores francés, Philippe Douste-Blazy, también subrayó que sólo una "estrategia política" dará estabilidad a Irak.

La presidencia alemana aseguró que los Estados miembros están "comprometidos" con un Irak "seguro, estable y unido" y continuarán apoyando al Gobierno iraquí para estabilizar el país. "La clave de un Irak unido y democrático radica, sobre todo, en el propio pueblo iraquí, y a ellos corresponde acordar los principios de su convivencia y alcanzar un consenso político sobre su futuro fundado en el diálogo", afirmó Berlín.

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