Núria Espert regresa al TNC con 'Play Strindberg' tras nueve años
La actriz afirma que Flotats vivió un "estado de sitio"
Tras nueve años sin actuar en el Teatre Nacional de Catalunya (TNC), Núria Espert regresa con Play Strindberg, de Dürrenmatt, cuyo reparto incluye también a José Luis Gómez y Lluís Homar, dirigidos por Georges Lavaudant. La gran intérprete catalana reconoce que su primer paso por el TNC, con La gavina, le dejó un "mal sabor de boca" por el "acecho" a su primer director, Josep Maria Flotats.
Espert actuó en La gavina con Flotats de partenaire y nominalmente aún al frente del TNC pero ya despedido expeditivamente por el Gobierno de Pujol. La distancia ha borrado el recuerdo de ese episodio "tan mal hecho, tan violento y agresivo", pues "el teatro es más importante que las cosas que nos ocurren a quienes lo hacemos", dice, y se muestra entusiasmada con el regreso.
Play Strindberg es una producción del Teatro de la Abadía de Madrid, donde se estrenó en noviembre. Hoy y mañana podrá verse en el teatro Fortuny de Reus (el Centro de Artes Escénicas de la ciudad es uno de sus coproductores) y recalará en el TNC entre el 18 de enero y el 4 de febrero. "Me siento emocionada por estar en este teatro que amo tanto, tanto, y cuyos éxitos y vicisitudes sigo atentamente, a veces de una forma directa, porque viajo bastante a Barcelona, y otras desde mi casa en Madrid", asegura Espert.
Además de La gavina, su trayectoria en el TNC se completa con La oscura raíz, un espectáculo sobre textos de Lorca dirigido y cointerpretado por Lluís Pasqual, que se vio en la Sala Petita durante dos días de febrero de 1998. Vuelve Espert en un clima totalmente distinto al de entonces, cuando "el estado de sitio" al que, considera, fue sometido Flotats despertó su solidaridad y la de toda la compañía. "Él sufrió unos ataques muy agresivos y viscerales y nosotros también reaccionamos de forma muy visceral", recuerda la actriz.
Sin embargo, es capaz de verle algún elemento positivo a aquella amarga experiencia: "Todos aprendimos mucho de ella. Hoy no podría repetirse de ningún modo". Y, sobre todo, guarda un "recuerdo precioso del escenario", de su trabajo junto a Flotats, a quien ha vuelto a ver sólo de forma espaciada. "Aunque no seamos grandes amigos, nos tenemos mucho respeto. Él no se recrea en lo ocurrido y, por supuesto, yo tampoco".
Play Strindberg nace de un viejo deseo de Espert y Gómez de trabajar juntos tras haber coincidido al frente de la dirección del Centro Dramático Nacional, entre 1979 y 1981. Gómez propuso montar este texto, que considera "lleno de grandeza por su fuerza expresiva, en un delicado encaje de relaciones, una geometría variable de tensiones y planos que considero infrecuente". Y ambos tuvieron claro que Homar era el actor perfecto para completar el triángulo de personajes de esta historia terrible pero teñida de humor, la relectura que Dürrenmatt hizo de la Danza macabra de Strindberg. El argumento es sencillo: en sus bodas de plata, una pareja recibe la visita de un familiar, antiguo enamorado de la mujer, que asistirá perplejo al combate de boxeo en que se ha convertido la relación.
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