TrendMicro descubre un floreciente mercado negro de virus
Una cuenta ajena de PayPal, por 5 euros; la numeración de una tarjeta de crédito con PIN incluido, 380 euros; un virus troyano, 1.300. Son las sugerentes ofertas del mercado negro de la delincuencia informática, descubiertas por investigadores de la empresa Trend Micro.
El equipo se infiltró en una subasta virtual donde se vendían desde equipos para asaltar ordenadores hasta certificados de nacimiento. Lo que más les llamó la atención fue la variada oferta de los llamados Exploits 0-day: programas que atacan fallos de seguridad desconocidos por los fabricantes y, por tanto, para los que no existen defensas.
Estos peligrosos códigos son los productos de moda y de lujo en el supermercado negro digital. Los más caros, afirma el Director de Sistemas de Trend Micro, Raimund Genes, en declaraciones a eWeek, atacan el sistema operativo Windows Vista. Su precio ronda los 38.000 euros. Otros 0-day cuestan entre 15.000 y 20.000 euros, según la popularidad del sistema que asaltan y su efectividad.
Aunque la existencia de este mercado negro era conocida desde hace años, Genes destaca su gran crecimiento, producto de la irrupción de las mafias en Internet, que han convertido los programas para asaltar ordenadores en productos comerciales.
Por ejemplo, un programa troyano que se instala subrepticiamente en sistemas operativos Windows ronda los 4.000 euros. Otro troyano, especializado en robar datos de cuentas bancarias, puede salir por 2.000. Si lo que se pretende es crear una red de ordenadores esclavos, para mandar correo basura masivamente, hay troyanos a partir de 4.000 euros y hasta 15.000, según su calidad.
Genes afirma en eWeek que "la industria del código malicioso está haciendo más dinero que la industria antivirus" y destaca el boyante negocio en que se ha convertido el mercado negro de software destinado a explotar vulnerabilidades, concebido por los compradores como una inversión para obtener dinero o información confidencial.
Es tal la vitalidad de este mercado que, como descubrieron los investigadores, está saturado de productos y los precios han caído mucho. Así, una tarjeta con su correspondiente PIN cuesta 380 euros, mientras que otra sin PIN, pero con código de seguridad y fecha de expiración, que permiten hacer compras en línea, no va más allá de los 20 euros.
EWEEK: www.eweek.com
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