¡Peatones fuera!

Uno de los asuntos que mayor número de quejas genera es la ocupación privada del espacio público (sobre todo el supuestamente reservado para los peatones). En los últimos días han llegado, entre otras, quejas de un lector de Badalona y de varios de Barcelona, todos insistiendo en el mismo asunto. Los de Barcelona señalaban casos precisos. L. V. denunciaba que una tienda había ocupado varios metros de calle en la avenida de Madrid. Consultado el Ayuntamiento, su portavoz explicó, tres días más tarde, que no se había detectado nada. La segunda queja barcelonesa procedía de J. A. y hacía referencia a la existencia de un andamio en la acera. Estaba, está, situada en la esquina de Rambla de Catalunya con Consell de Cent. El problema no era el andamio, sino que el paso que debía quedar debajo estaba bloqueado con material de construcción y, para colmo, coincidía con la terraza de un bar, de modo que el paso de los peatones era casi imposible. A lo sumo, de uno en uno y de lado. En este caso, los responsables del distrito fueron más efectivos. Enviaron a un inspector que obligó, inmediatamente, a retirar el material que ocupaba la calle. Un portavoz del distrito del Eixample reconoció que en estos casos de ocupación provisional de las aceras por obras, quizá habría que revisar la normativa municipal y solicitar al establecimiento que ocupa la terraza que se desplace o que no la ocupe mientras duren las obras. De momento no está previsto. Es más sencillo obligar al peatón a desviarse.

La queja de Badalona llegó por escrito. La firma Manuel Jaramillo: "En toda la ciudad de Badalona se permite tácitamente la práctica del aparcamiento en la acera; cualquiera puede llamar a la Guardia Urbana para denunciar este hecho tantas veces como sea necesario, con la misma respuesta: sólo tienen una grúa y tienen órdenes de no retirar los coches que aparcan en la acera impidiendo el paso, sólo a los que obstruyen los vados. La desfachatez es tal que, tras comunicar este hecho en numerosas ocasiones por escrito al Ayuntamiento, han llegado a enviarme un guardia a casa para explicarme que Badalona es un pueblo pequeño (tiene 218.000 habitantes), que no tiene recursos y que no pueden llegar a todo".

El director del ámbito de Gobernación, Joaquim Ortilles, reconoce que en Badalona hay serios problemas de aparcamiento, pero afirma que la permisividad no es tanta y que se limita a las noches. "De día se trata de evitar, y la prueba es que son muchas más las quejas de voracidad recaudatoria por las multas que se imponen. Perseguimos especialmente a quienes aparcan en vados o en los espacios reservados a personas con movilidad reducida", dijo. Un paseo por Badalona permitió comprobar un número abundante de coches en aceras. Eso sí, no más que en Barcelona. El asunto es constante: los peatones no pueden ocupar el espacio de las máquinas sin sufrir daños. Las máquinas (no todas), en cambio, ya están expulsando al peatón de las aceras. ¿Los ayuntamientos? Bien, gracias.

Para quejas en esta sección pueden dirigirse a Catalunya@el.pais. A la atención de Francesc Arroyo.