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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Ramón Repáraz, actor de doblaje

Puso voz al sombrero parlante de Harry Potter y al conejo de Winnie de Pooh

Ramón González Repáraz, actor donostiarra de 75 años, falleció el 28 de diciembre en Madrid. Le diagnosticaron un cáncer en 2003 y no pudo sobreponerse a la pérdida de su mujer, la actriz Mara Goyanes, el pasado 6 de noviembre. Actor de reparto en docenas de películas de los años sesenta, Repáraz se especializó en el doblaje de dibujos animados y series infantiles. Él fue, por ejemplo, la voz del sombrero parlanchín de Harry Potter.

Repáraz iba para músico, como su padre. En San Sebastián, donde nació el 14 de octubre de 1931, cursó hasta el último año de la carrera de violín antes de descubrir que su verdadera vocación era el arte dramático. Se enroló con 27 años en la compañía de Celia Gámez, donde cayó rendido ante la belleza de una joven bailarina 11 primaveras más joven que él. Era Maya Goyanes, la mujer con la que se casaría cinco años después y de la que ya no se separaría. Sus dos hijos continúan la tradición familiar: Cristina Goyanes en el teatro y Ramón Goyanes (o Repáraz Jr.) en el cine, la fotografía y ante los atriles de los dobladores.

"Ramón era alérgico a las vanidades, una bellísima persona", le recuerda el también actor Víctor Valverde, amigo desde que en 1964 coincidieran en Un domingo en Nueva York, junto a Rocío Dúrcal y bajo la dirección de Adolfo Marsillach. Repáraz se introdujo en el doblaje de la mano del también fallecido Salvador Arias. Lo decidió tras el agotador periplo por toda España de Con ellos llega la risa, junto a Beatriz Carvajal. "Papá era un ser humano maravilloso y nos echaba mucho de menos cuando salía de gira", confiesa su hija Cristina.

Desde entonces, trabajó de forma asidua en los estudios de doblaje de TVE y de numerosas productoras, aunque en los últimos años volvió a dar la cara ante la cámara en series como Policías o El comisario.

Pero Ramón Repáraz prefería el cálido anonimato de su voz, muy popular cuando encarnaba al Nat de Sensación de vivir o en infinidad de series infantiles. Interpretó al abuelo de Jackie Chan, al conejo que recorre las praderas junto a Winnie de Pooh o al sombrero parlante en la saga cinematográfica de Harry Potter.

La enfermedad le mermó las fuerzas en los últimos meses, pero aún en verano atendió la llamada de los estudios de doblaje Abaira para prestarle su voz al conejo.

Agnóstico y poco amigo de responsos, sus hijos le preparan otro tipo de homenaje póstumo: "Un vino y un txakoli con sus amigos, como a él le habría gustado".

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