París, Londres y Berlín lo han logrado
Las grandes ciudades europeas impulsan la utilización de la bicicleta a través de planes de movilidad pactados con los ciudadanos
París redactó en 2003 el Schéma directeur du réseau cyclable parisien. El Ayuntamiento tiene como objetivo de reducir el tráfico automovilístico en un 5% para el año 2010, y cree que la implantación de la bicicleta como modo de transporte será una baza decisiva.
Desde que ocupa la alcaldía, el socialista Bertrand Delanöe ha puesto en marcha una política destinada a favorecer su uso. Se calcula que cada día se mueven sobre dos ruedas por la ciudad del Sena unas 40.000 personas, cifra que aumenta los fines de semana, cuando las orillas del río se llenan de bicis y patines.
El plan que París está desarrollando contempla ampliar la red de vías ciclistas especializadas hasta 500 kilómetros, incluyendo las conexiones con los municipios colindantes. En la actualidad existen más de 300 kilómetros de vías acondicionadas.
En Londres, la política de la bicicleta tiene una larga trayectoria, pero es a partir del cambio de siglo cuando se produce el gran cambio. En 2001, el alcalde de Londres, Ken Livingston, impulsa una nueva estrategia de movilidad The Mayor's Transport Strateg mediante un primer documento abierto a la consulta pública. La bicicleta forma parte integral de esta estrategia.
La visión del alcalde es convertir a Londres en una ciudad en donde las personas de todas las edades y habilidades tengan confianza e instalaciones para usar la bicicleta. Los objetivos son: completar la red denominada London Cycle Network Plus de 900 kilómetros en 2010; incrementar la accesibilidad, la seguridad y la prioridad de las bicicletas; aumentar el número de aparcamientos de bicicletas; apoyar las bicicletas de préstamo; promover la intermodalidad bici-transporte colectivo.
El uso de la bicicleta en Londres en 2000 era de 300.000 viajes diarios sobre un total de 26 millones, lo que significaba una cifra del 1,15%. Entre 2000 y 2003 el número de ciclistas que atravesaban puentes del Támesis pasó de unos 24.000 a cerca de 30.000 diarios. Posteriormente, la introducción del peaje urbano tuvo un efecto muy positivo sobre el uso de la bici en la zona afectada, con incrementos del flujo de ciclistas del 30%.
El Plan de Acción plantea de Londres para 2010 un incremento de usuarios del 80% sobre las cifras de 2000. A más largo plazo, en 2020, el incremento previsto se espera que sea del 200%, según datos que maneja el Ayuntamiento londinense.
Planificación
En Berlín la planificación para la bicicleta tiene una larga trayectoria. A través del Consejo de la Bicicleta (Fahrrat) impulsado desde el Departamento de Desarrollo Urbano del Senado berlinés se ha establecido un plan estratégico. En él han participado varios departamentos involucrados en el ciclismo urbano, asociaciones ecologistas, usuarios de la bicicleta y operadores de transporte.
La estrategia establece un objetivo cuantificado: incrementar el peso de la bicicleta en el reparto de modos de moverse, pasando del 10% de los viajes al 15% en 2010. Esto significa un aumento de cerca de 100.000 viajes diarios más en bicicleta cada año. La red berlinesa de vías ciclistas cuenta con una longitud de unos 620 kilómetros. Este medio de transporte cada vez tiene más seguidores en la ciudad alemana.
En Amsterdam, la ciudad de las bicicletas, un 75% de los casi 750.000 habitantes posee una bicicleta y un 50% la usa a diario. Y en Estocolmo, pese a lo que pudiera pensarse por las bajas temperaturas que se registran, lo hacen cerca de 100.000 en los 350 kilómetros de vías.
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