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Lucha contra el crimen en América Latina

Jorge Hank, un alcalde bajo sospecha en la frontera

Jorge Hank Rhon, alcalde de Tijuana y militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI), reconoce que en los últimos seis años el crecimiento de las organizaciones criminales "ha sido impresionante" y que los distintos cuerpos policiales, en la esfera municipal, estatal y federal, están fuertemente infiltradas por el narcotráfico. "Ahora se trata de limpiar, que es lo que estamos haciendo", dice.

El alcalde asegura haber expulsado del cuerpo a 70 policías municipales el año pasado, "de los cuales 40 enfrentan un proceso legal". En una conversación telefónica, con villancicos como música de fondo, el ingeniero Rhon niega que los policías bajo su mando sean poco confiables, y califica de "medida excelente" el desarme de los 2.300 agentes, "siempre y cuando los militares y los policías federales se hagan cargo de la seguridad, y lo están haciendo".

Afirma con orgullo que "los policías mejor pagados de México son los de Tijuana", pero no acierta a decir cuánto ganan. "No lo tengo en mente", explica. Sí es capaz de afirmar que "para los narcotraficantes es sumamente sencillo mejorar diez veces los ingresos de un policía municipal".

Hijo de Carlos Hank González, antiguo dinosaurio del PRI que fue gobernador del estado de México y regente del Distrito Federal, el alcalde de Tijuana vive rodeado de la polémica, donde los escándalos coexisten con las más graves acusaciones. En abril de 1988, Héctor Félix Miranda, subdirector del semanario Zeta, asesinado por los 'narcos'.

Antonio Vera Palestina, guardaespaldas de Rhon, fue condenado a 25 años de cárcel. "Sigo pensando que es inocente", dice. En mayo de 1995 el hoy alcalde fue detenido en el aeropuerto de Tijuana y encarcelado bajo la acusación de contrabando de pieles y obras de arte. Salió en libertad bajo fianza a las pocas horas. Amante de los animales -es propietario de un zoológico privado-, dirige una red de casas de juego que se extiende a 22 Estados de México y a otros 12 países. "Soy dueño del Grupo Caliente, que maneja las apuestas en México desde 1916. Es mi negocio, legal y con todos los permisos de la Secretaría de Gobernación", dice sin rubor.

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