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Los movimientos sociales reparten carbón

Entidades de inmigrantes, vecinos y hosteleros critican el trabajo de las administraciones

Sara Velert

Los vendedores de carbón hicieron ayer un buen negocio. Las comitivas de reyes magos decepcionados se pasearon por la ciudad de Valencia para repartir sacos del negro mineral a instituciones y administraciones públicas. Horas antes de la cabalgata oficial y ante el desconcierto de más de un viandante, movimientos vecinales, entidades cívicas y empresariales entregaron su particular regalo a los poderes públicos como protesta por su gestión. Una forma festiva de recordar que sus reivindicaciones seguirán en pie este año.

El trío real más madrugador llevó carbón en bolsas de basura al Ayuntamiento de Valencia, donde intentó dejarlo en el registro de entrada para el concejal de Actividades, Vicente Igual. Detrás de las largas barbas y túnicas se escondían miembros de la Federación Empresarial de Hostelería de Valencia, que protestaron así contra la declaración de Zona Acústicamente Saturada (ZAS) del entorno de la calle de Menéndez Pelayo y las avenidas de Cataluña, Blasco Ibáñez y Primado Reig, que entró en vigor el 2 de enero. Las restricciones horarias han amargado las fiestas y el negocio a los locales de ocio afectados, y así se lo hicieron saber sus majestades al equipo de gobierno del PP. "Carbón para el concejal" y "los Reyes Magos no creen en la ZAS" eran dos de las pancartas de los pajes, de paisano. Melchor -en realidad reina- reprochó al concejal Igual que se comprometiera a aplazar la ZAS hasta después de las Navidades.

Los hosteleros esperaban negociar una rebaja de las limitaciones a su actividad en la ZAS, que el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) obligó a aprobar en una sentencia que reconoció el derecho al descanso de los vecinos y criticó la falta de iniciativa municipal en la lucha contra el ruido. El sector asegura haberse esforzado en remediar la situación. "Hemos lanzado un mensaje inequívoco de respetar la norma, pero también de firmeza al reivindicar que esto es una injusticia", afirmó Vicente Pizcueta, director de comunicación de la federación. Muy estilosos con sus capas y túnicas brillantes se pasearon los Reyes Magos de El Cabanyal-Canyamelar en su camino hacia el Tribunal Superior de Justicia (TSJ), al que la plataforma ciudadana contraria a la apertura de la avenida de Blasco Ibáñez por el barrio acusa de negarle información sobre el largo litigio contra el plan de la alcaldesa, Rita Barberá. El trío real ofreció el carbón en bandeja a las puertas del Palacio de Justicia -la Guardia Civil sólo permitió la entrada de uno para dejar el obsequio y la nota de reproches-. El portavoz de Salvem El Cabanyal-Canyamelar, Faustino Villora, criticó que llevan año y medio pidiendo información sobre recursos planteados por la plataforma, y exigen conocer las normas de reparto de los casos en la Sala de lo Contencioso-Administrativo y de la composición del pleno, ya que el que dictó la sentencia que aprueba el plan de Barberá -pendiente de revisión en el Supremo- incluía magistrados suplentes y uno jubilado. El proceso "fue seguramente legal", pero los ciudadanos "tienen derecho a conocer si esa forma de proceder estaba dentro de la normativa", destacó Villora. Por ello, la plataforma mantiene una demanda contenciosa contra el presidente del TSJ y el de la Sala de lo Contencioso.

A las puertas del Palau de la Generalitat llamaron las asociaciones que trabajan con inmigrantes. La mesa d'Entitats de Solidaritat amb els Inmigrants, la red de Acogida de la Inmigración, la Asamblea Baobab y el Foro Alternativo llevaron al presidente del Consell, Francisco Camps, carbón por la falta de atención a "los problemas sociales que afectan a los colectivos humanos más vulnerables", algo que hicieron extensible a la consejera de Bienestar Social, Alicia de Miguel, la alcaldesa de Valencia y la "inefable" concejal de asuntos sociales, Marta Torrado. El centenar de personas que congregaron estas organizaciones reclamaron que se habilite "de forma inmediata" la cárcel Modelo como "centro público de acogida" para los inmigrantes que pernoctan bajo el puente de Ademuz.

La puesta en marcha de un centro de acogida en Valencia es una de las principales reivindicaciones de estos colectivos, que, señalan, recoge el Pacto Valenciano por el Crecimiento y el Empleo (2001-2006) del Consell y sindicatos. Este acuerdo incluye la creación de 12 centros que, de momento, no han sido ejecutados, como denuncian insistentemente las entidades. Por eso, junto al carbón, regalaron a Camps un ladrillo. "Es por si le faltan, aquí tiene el primero para construirlo", señaló ayer Luis Poveda, de CC OO.

Inmigrantes ante el Palau de la Generalitat, donde dejaron carbón y un ladrillo para que se construya un centro de acogida.
Inmigrantes ante el Palau de la Generalitat, donde dejaron carbón y un ladrillo para que se construya un centro de acogida.CARLES FRANCESC
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Sobre la firma

Sara Velert
Redactora de Internacional. Trabaja en EL PAÍS desde 1993, donde ha pasado también por la sección de Última Hora y ha cubierto en Valencia la información municipal, de medio ambiente y tribunales. Es licenciada en Geografía e Historia y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS, de cuya escuela ha sido profesora de redacción.

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