Un escape de crudo de un petrolero causa una mancha en aguas próximas al puerto de Tarragona
Una fisura en una de las mangueras de un petrolero que descargaba crudo desde el mar al complejo petroquímico de Tarragona dejó escapar ayer una cantidad indeterminada de hidrocarburo frente a las aguas del puerto. El escape, que se produjo a las seis de la mañana, generó dos manchas de alrededor de 40 metros cuadrados cada una según informó ayer la Generalitat, que activó y mantuvo durante el día de ayer en fase de alerta el plan de emergencia específico.
"No hemos hecho un cálculo de lo que se ha vertido. Tampoco nos lo ha pedido la Generalitat", manifestaron ayer fuentes de la compañía Repsol, responsable del suceso. Estas mismas fuentes aseguraron que la mancha, que, arrastrada por el viento se instaló unos 3 kilómetros frente a la costa, era únicamente superficial. Los trabajos de limpieza, a cargo de la propia compañía y de Salvamento Marítimo, no se vieron afectados por ningún contratiempo, con lo que la empresa preveía darlos por concluidos a última hora de ayer. "Es de difícil explicación en el siglo XXI que sucedan estos hechos", dijo ayer el delegado de la Generalitat, Xavier Sabaté, quien anunció la apertura de una investigación.
El escape se produjo mientras el petrolero estaba descargando el crudo, en una boya exterior preparada para el efecto que tiene Repsol frente a la bocana del puerto de Tarragona. Según Repsol, una brida que unía una tubería con la monoboya donde se descarga el crudo presentó una fisura por donde se escapó el hidrocarburo. Cada vez que un barco descarga, una pequeña embarcación con operarios vigilan de cerca la conexión de las tuberías, de modo que un incidente como el de ayer pueda detectarse con la máxima rapidez. Y esto es exactamente lo que Repsol asegura que ocurrió. "No ha habido en ningún caso una llegada masiva de crudo al mar", aseguró un portavoz de la empresa. De todas formas, las dos manchas iniciales de 40 metros cuadrados cada una fueron deformándose a lo largo del día, y a las 11 de la mañana el Gobierno catalán, tras un vuelo en helicóptero, detectó "una afectación más amplia, con manchas dispersas y discontinuas". La Generalitat dio aviso a los alcaldes de las vecinas localidades de Vila-seca y Salou, aunque no hubo riesgo de que el vertido, disgregado en pequeñas y múltiples manchas, alcanzara las playas de estos municipios.
