El alcalde de Foz dice que es víctima de una campaña de la oposición
García Rivera niega irregularidades en las 2.060 licencias concedidas
El alcalde de Foz, el socialista José María García Rivera, afirmó ayer que es víctima de una campaña de la oposición en el municipio (PP y BNG) para intentar su inhabilitación y evitar que se pueda presentar a las próximas elecciones municipales. El alcalde negó cualquier tipo de irregularidad en la concesión de licencias para construir 2.060 viviendas. "Sabía y sé en todo momento lo que estoy haciendo", dijo.
Aunque precisó que no quería "cargar contra nadie", el alcalde de Foz comenzó su conferencia de prensa exhibiendo documentos en los que se refleja que en etapas de gobierno popular y de gobierno bipartito PSOE-BNG, con competencias plenas en urbanismo de los nacionalistas, se concedieron licencias en Foz sin informe jurídico de secretaría.
Reiteró que las 2.060 licencias denunciadas por la oposición, concedidas en las juntas de gobierno del 24 y 29 de marzo, no llevaron informe de secretaría por una imposibilidad material ante el traslado de esta funcionaria a otro Ayuntamiento. Destacó que todas las licencias tenían "informes jurídicos" y que la secretaria que firmó las actas se limitó a hacer constar que no pudo informarlas por falta de tiempo. El nuevo secretario del Ayuntamiento, en un informe del pasado 29 de junio, acreditó que en todas las licencias existió "informe técnico favorable que analizó las cuestiones urbanísticas determinantes para la concesión de las licencias".
El informe del secretario actual le sirve a Rivera para asegurar que "todo está correcto". "Si no hubiéramos concedido las licencias", explicó, "estaríamos en una situación peor que el Ayuntamiento de Barreiros", un municipio limítrofe que tiene suspendidas sus normas de planeamiento por decisión de la Consellería de Política Territorial.
Negocio familiar
Rivera también trató de atajar las críticas porque tres de las licencias concedidas sin informe afectan a un negocio familiar para derribo de un edificio y apertura de un hotel con bajo, tres plantas y bajo cubierta. El alcalde recordó que se trata de un inmueble procedente de una herencia familiar que fue "una casa de huéspedes" y cuya actividad se pretende mantener en el futuro.
Cuando se solicitó la licencia, García Rivera explicó que él no formaba parte de la sociedad, a la que se unió después, a través de una ampliación de capital, para poder hacer frente a un préstamo para levantar el edificio. Sostuvo que tampoco en este caso existió irregularidad, ya que cuando se trataron las licencias en junta de gobierno él se abstuvo, e incluso expresó su "alegría" por el hecho de que figuraran entre las no informadas por secretaría, ya que, precisó, "si hubiera aparecido ésta informada seguro que se hablaba de trato de favor". "Están ustedes ante un alcalde transparente y honrado. No hay, ni habrá ninguna demanda por corrupción o comisión de obras, ni jamás se me ocurriría una barbaridad semejante".
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