Mensajes por millones
A pocos les puede caber ya la duda de que el teléfono móvil es un elemento esencial en la comunicación en nuestra sociedad después de la millonada de mensajes que circularon con motivo del fin de año por España, y también hacia los países de donde llegan los inmigrantes. Las operadoras contabilizaron más de 190 millones de SMS, lo que demuestra que este pequeño aparato se ha convertido en esencial para millones de personas. No tener móvil, o tenerlo y no usarlo, es casi sinónimo de estar fuera de onda. Y quienes lo tienen y además lo usan han podido comprobar estos días su popularidad social. Cuántos mensajes hemos enviado y cuántos nos han contestado -o mejor aún, cuántos nos han enviado mensajes sin que nosotros les mandásemos ninguno previamente- puede poner a prueba la autoestima de más de un/a usuario/a. Especialmente entre los jóvenes, la dependencia del móvil para comunicarse es casi innegable, aunque para todo habrá excepciones. Más de uno/a estará dolido/a por la ausencia de un oportuno SMS de alguna persona importante. Porque una cosa es que no nos llamen por teléfono, que cuesta más dinero y además nunca se sabe cuál puede ser la duración de una llamada, y otra que nos olviden en fechas tan señaladas y no se acuerden siquiera de teclear unos segundos para desearnos lo mejor.
Mención aparte merece el ingenio popular a la hora de inventar nuevos textos humorísticos para celebrar estas fechas. A partir de ahora, muchos sumarán a las habituales preocupaciones de Navidad y el fin de año -con quién pasarlas o dónde perderse para evitarlas, los gastos de las compras, los empachos y los kilos de más- la angustia de la espera del mensaje deseado.
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