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La familia del empresario asesinado contradice las hipótesis de la policía

El portavoz insiste en que la muerte de Joan Alsina fue resultado de un robo con violencia

La muerte de Joan Alsina Oliva, el empresario de la construcción de 51 años que el lunes fue asesinado en su domicilio de Barcelona, sigue rodeada de interrogantes. La familia insiste en que la única hipótesis plausible que motivó el crimen fue el robo. Pero ésta no es precisamente la principal línea de investigación de los Mossos d'Esquadra. La tesis del robo "no es la única, ni mucho menos", abundó el secretario de Seguridad Pública de la Generalitat, Joan Delort.

La policía catalana tiene serias dudas de que el homicidio, ocurrido en el número 35 de la calle Pahissa de Sant Cugat del Vallès (Barcelona), sea consecuencia de un asalto con violencia, como los ocurridos en los últimos meses en urbanizaciones de Cataluña. Los homicidas no se ensañaron con la víctima para obtener información sobre dónde guardaba el dinero o las joyas. Alsina murió de un corte limpio en el cuello. Fue su hija, de 17 años, quien encontró el cadáver al pie de la escalera. Tenía algunas contusiones, pero posiblemente fueron fruto de los golpes que recibió cuando su agresor lo arrojó por las escaleras.

Los investigadores no descartan aún ninguna hipótesis. El abogado de la familia, Josep Lluís Pons, insistió ayer en la versión del asalto. "Es una familia absolutamente normal. Nunca había recibido amenazas, por eso no había puesto ninguna medida excepcional de seguridad". La tesis del letrado es que los presuntos atracadores entraron en la casa convencidos de que estaba vacía -"había cristales rotos en el suelo"- y se encontraron con el empresario. "Lo que no entiendo es por qué se están buscando cosas donde no existen", remachó.

Pons también descartó que Alsina hiciese algún amago de resistencia. "Era muy pacífico, dedicado a su familia y a su trabajo, y no tenía enemigos conocidos".

Joan Alsina estaba al frente, junto a sus hermanos Jaume y Josep, de Encofrados Alsina, una de las principales compañías españolas dedicadas a la construcción de encofrados (el molde en el que se vacía el hormigón hasta que éste fragua), fundada por su padre hace más de 50 años. Ayer, los trabajadores de la empresa, en Montcada i Reixac, guardaron un minuto de silencio en memoria de la víctima.

En la casa, un adosado de dos plantas en una tranquila urbanización, al lado del campo de golf de Sant Cugat del Vallès, la policía encontró cierto desorden: cajones y armarios habían sido revueltos. Si desapareció o no algún objeto o documento es algo que solamente podrá acreditar la viuda de Alsina, que ayer todavía no había entrado en la vivienda para comprobarlo. La mujer tuvo que volver precipitadamente de Colombia, país del que es originaria y donde se encontraba de vacaciones, junto a la otra hija de la pareja, de 15 años.

Un día después del crimen, el consejero de Interior del Gobierno catalán, el ecosocialista Joan Saura, así como la oficina de prensa de la policía autonómica, se escudaron en el secreto de sumario sobre el caso para dar información con cuentagotas. Ayer, el Juzgado de Instrucción número 4 de Rubí, encargado de instruir las diligencias, precisó que no había hecho tal cosa, ya que ninguna de las partes se lo había solicitado. Un portavoz de los Mossos se justificó diciendo que la policía catalana "había dado por hecho" que el juez habría decretado el secreto de sumario. "Pero luego resultó que nadie lo había pedido", admitió el mismo portavoz.

Los forenses practicaron la autopsia al cadáver ayer por la mañana, aunque la familia todavía no tiene la autorización del juez para enterrar al empresario.

El alcalde de Sant Cugat, el convergente Lluís Recoder, hizo un llamamiento a la calma. "Es un hecho aislado", dijo. "Ésta es una ciudad tranquila. No es una apreciación subjetiva, sino que nos lo dicen los datos de la Policía Nacional y los Mossos d'Esquadra, que reflejan que el índice de delitos es inferior al de las ciudades de la media de Cataluña y del Estado", añadió.

Agentes de la policía científica buscan pruebas en el jardín de la casa de Alsina.
Agentes de la policía científica buscan pruebas en el jardín de la casa de Alsina.JORDI BARRERAS

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