Las alcaldesas de Palau y Polinyà critican la pasividad de los Mossos ante la fiesta 'rave' ilegal
"Hasta que el cuerpo aguante". Es la consigna de las fiestas rave, y en el caso de la que se ha celebrado estos días en Palau-solità i Plegamans, la resistencia física de los participantes dio para cuatro días: empezó el sábado y acabó ayer por la mañana. Al mediodía tan sólo quedaban algunos franceses que se habían desplazado al lugar con camiones y furgonetas, y unos pocos españoles. Algunos todavía dormían en colchones raídos, mientras otros recogían la basura acumulada. Uno de los participantes de la fiesta, de nacionalidad francesa, señaló que si se habían desplazado hasta España era porque "hay menos problemas con la policía". La fiesta se convocó vía "teléfono y correo electrónico", añadió el joven. Las alcaldesas de Palau, Teresa Padrós, y de Polinyà, Pepita Pedrazo, criticaron la pasividad de los Mossos d'Esquadra.
"El domingo, de madrugada, ya avisamos a la policía autonómica que se había advertido la presencia de muchos coches y furgonetas con matrícula francesa que estaban ocupando el antiguo cámping de Palau", dijo Padrós. El sitio se encuentra al lado de la carretera, y "se iban acumulando coches aparcados en ambos lados; además, muchos de estos jóvenes, que visten con ropas oscuras, deambulaban por la carretera", señaló la alcaldesa de Palau. La noche siguiente, la de fin de año, murió atropellado un joven francés de Narbona.
Conversación con Saura
El cámping se encuentra en la carretera C-155, entre Polinyà y Palau. En opinión de Padrós, "los agentes hubieran podido hacer un trabajo de contención y evitar que se llegara a concentrar tanta gente, nosotros creemos que la cifra pudo llegar a las 1.500 personas". Padrós aseguró que habló en tres ocasiones con el consejero de Interior, Joan Saura, pero que no fue hasta el lunes por la tarde -dos días después del inicio de la fiesta- que "pusieron los controles".
Ayer sí había mossos en las dos rotondas que dan acceso a la carretera. Los agentes paraban a los jóvenes y les registraban furgonetas y coches. El resultado fue, según los Mossos, de tres personas detenidas por tráfico de estupefacientes. Son tres vecinos de Sevilla que llevaban encima 12 bolsas de "un polvo blanco, posiblemente cocaína", hachís y marihuana. Además, se impusieron 24 multas y se identificó a 145 personas, entre ellas a los dos organizadores de la fiesta ilegal.
Los alcaldes y el Consejo Comarcal del Vallès pidieron un cambio de legislación para que los "Mossos puedan intervenir en estos casos". En opinión de Padrós, "hay un vacío, estas fiestas no son legales, ocupan una finca o un antiguo solar, y llegan a concentrar a centenares de personas, han atropellado a un joven, pero hubiera podido ser mucho peor, porque no había ningún control ni vigilancia".
Saura anunció ayer su intención de elaborar un proyecto de ley de espectáculos para prohibir fiestas ilegales. El consejero dijo que la policía autonómica se dedicó a evitar que los posibles altercados pudieran trasladarse a núcleos urbanos. El propietario de los terrenos, un cámping abandonado desde hace años, denunció ayer la ocupación ilegal.
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