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Reportaje:EL INFORTUNIO DE LOS DOS DESAPARECIDOS ENTRE LOS ESCOMBROS DE LA T-4 DE BARAJAS

"No nos atrevemos a llamar a Ecuador"

Familiares de los dos ecuatorianos a los que buscan los bomberos esperan con angustia el desenlace

La ofensiva terroristaCarlos Alonso Palate había salido el viernes de Valencia camino de Madrid. No quiso que su amigo Hernán hiciese solo el viaje para recoger a su esposa. La mujer llegaba a España desde Ecuador para pasar la nochevieja en Valencia. Hernán y Carlos viajaron el viernes en un Renault Clio color rojo del año 1993; durmieron en Madrid y ayer por la mañana temprano se fueron a la T4. Carlos, de 33 años, se quedó en el módulo D del aparcamiento mientras Hernán recogía a su esposa. Faltaba poco para las nueve de la mañana. No se supo nada más de él. Anoche seguía desaparecido bajo los escombros.

En otro coche, en el mismo parking, también desapareció Diego Armando Estacio Civizapa, de 19 años, también ecuatoriano. También venía a recoger a un familiar en el mismo vuelo procedente de Ecuador. También se quedó descansando en su coche.

Los dos desaparecidos esperaban el mismo avión de Ecuador y se quedaron en el coche
La novia de Diego Armando sufrió una crisis de ansiedad y la policía no la entendía
Carlos Alonso Palate llegó desde Valencia el viernes para acompañar a un amigo
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Desescombro lento y difícil

"Carlos llegó a España hace cinco años a reunirse conmigo. Trabajaba en el campo, recogiendo naranja y quería regresar a Ecuador", explicó ayer por teléfono a este diario su tío Luis Antonio Palate. "Los dos somos de Picaigua, en el cantón de Ambato. Carlos mide 1,58, es grueso y moreno y un chico formal. No le gusta tanto bailar y salir. Es un chico serio", le describía Luis Antonio.

El tono del familiar transmitía sorpresa e incredulidad. Sólo unas horas antes le había llamado la policía para comunicarle que su sobrino no aparecía. "Me han dicho que está todo lleno de escombros, que él no aparece y que no saben nada más porque es muy difícil acceder allí, así que no sabemos qué podemos hacer", añadió. Luis Antonio Palate proseguía en tono amable. "No nos atrevemos a llamar a Ecuador. Tenemos que estar seguros para avisar a la familia. Su madre es invidente y no sabría qué decirle", reflexionó.

Luis Antonio habla en pasado cuando habla de su sobrino: "La última vez que hablamos me dijo que quería ir en enero a Ecuador a una fiesta de nuestra parroquia. Esos eran sus planes. Él estaba contento en Valencia".

El amigo de Carlos, Hernán, recibía ayer atención psicológica en Barajas. Junto a él estaba su mujer y otro amigo. Pasadas las 20.30 estaban tranquilos, según fuentes municipales y fueron trasladados a la sala de autoridades del aeropuerto.

La historia de Carlos Antonio Palate es dramáticamente similar a la de Diego Armando Estacio Civizapa. Diego Armando, residente en Madrid, de 19 años, había llegado sobre las cinco de la mañana a Barajas. Llegaba junto a su novia, Verónica Arequipa, de 21 años, con la que convivía en un piso en Madrid. Iban a recoger a la madre de esta. Verónica bajó del coche hacia la terminal T4 y Diego Armando se fue a aparcar el coche. Mientras esperaba, "echó una cabezada", según declaró el ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Al igual que Carlos, Diego Armando viajaba en un Renault. La explosión de la furgoneta Renault Trafic estacionada en el mismo aparcamiento sepultó a los dos.

A Verónica le sorprendió la explosión dentro del aeropuerto y sufrió un ataque de ansiedad. Acudió a la policía pero "estaba con una crisis de ansiedad y no supo explicar lo que le pasaba. No la entendimos", explican fuentes de los servicios de emergencia que atendieron en el atentado de Barajas. Así que recibió el alta pasados unos minutos.

Verónica fue desalojada de la T4 y, como centenares de pasajeros, fue trasladada en autobús a la sala seis de la Terminal 2 del aeropuerto. Una vez allí, ya más calmada, siempre según fuentes del servicio de emergencias de Madrid, volvió a la policía a denunciar la desaparición de Diego Armando. Al rato, Alfredo Pérez Rubalcaba confirmaba en rueda de prensa que había una persona desaparecida. Se trataba de Diego Armando. Interior comunicó que había un segundo desaparecido a las 17.36. Ése era Carlos.

Por la tarde acudieron al aeropuerto los padres de Diego Armando, los de Verónica, un hermano de la novia con su marido y un sobrino además de un amigo. En total, nueve personas familiares y amigos de Diego Armando fueron atendidas por el equipo de psicólogos del Samur Social del Ayuntamiento de Madrid.

La que peor llevaba la situación era Verónica que estaba destrozada. El resto de los familiares fueron atendidos por un grupo de 10 psicólogos. El padre de Armando, que también vive en Madrid, explicó a la Cadena SER que llamó a su hijo repetidamente al móvil después del atentado, pero que siempre salía el contestador. "Dios quiera que no le haya pasado nada", acertó a declarar. Rubalcaba y el secretario de Estado de Interior, Antonio Camacho, visitaron a los familiares de los desaparecidos en Barajas.

La Embajada de Ecuador se puso en contacto con las autoridades españolas para confirmar la identidad de los desaparecidos y buscar a sus familias. El ministro ecuatoriano de Relaciones Exteriores, Francisco Carrión, se solidarizó con España tras el atentado y dijo que condena "con la más absoluta firmeza todo atentado terrorista, cuyas justificaciones, fines y, no importa dónde se realicen, no pueden sino ser rechazados y así lo hacemos desde el Gobierno ecuatoriano". El Gobierno electo de Ecuador, que tomará posesión el 15 de enero, se declaró "consternado" por el atentado y por la desaparición de los dos ecuatorianos.

Carlos Antonio Palate y Diego Armando Estacio pueden quedar como las primeras víctimas de la banda terrorista ETA en tres años y siete meses. La última vez, el 30 de mayo de 2003, ETA asesinó en Sangüesa (Navarra) a dos policías nacionales: Bonifacio Martín y Julián Embid. Ahora los apellidos son sudamericanos, pero los responsables del atentado son los mismos.

Cientos de pasajeros aguardan en las pistas del aeropuerto a ser evacuados en autobuses hacia la terminal 2.
Cientos de pasajeros aguardan en las pistas del aeropuerto a ser evacuados en autobuses hacia la terminal 2.RICARDO GUTIÉRREZ
Decenas de viajeros con sus maletas así como el personal del aeropuerto abandonan a pie la terminal 4.
Decenas de viajeros con sus maletas así como el personal del aeropuerto abandonan a pie la terminal 4.CLAUDIO ÁLVAREZ

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