"CSI' muestra más respeto por la ciencia que por el ser humano"

Paul Guilfoyle (Boston, Massachusetts, 1949) interpreta al capitán Brass en la serie CSI: Las Vegas, cuya sexta temporada emite, hasta febrero, AXN (martes, 21.30, dial 22 de Digital + y cable), antes de su estreno en Tele 5. Guilfoyle es un actor formado en el Actor's Studio que, además de su trabajo televisivo, ha participado en películas como L. A. Confidential, Caprichos del destino y Air Force One. En un parón del rodaje, visita Madrid acompañado de su familia.

Pregunta. ¿Cómo llega un actor del Actor's Studio hasta una serie como CSI?

Respuesta. Como cualquier otro, en realidad. Esta serie exige actuaciones auténticas, reales, y los actores, más aún los de mi formación, tenemos la necesidad de ser veraces, así que es una buena oportunidad.

P. En televisión, ya es difícil innovar. ¿Qué tiene CSI que no tengan otros productos?

R. Hay un elemento muy importante, y es que en CSI se busca la respuesta a crímenes terribles, y se hace por medio del uso de la tecnología. Todos queremos ver crímenes resueltos y en esta época de mentiras necesitamos la evidencia. La serie entrega evidencias científicas.

P. Que CSI sea una franquicia y ya funcionen tres series diferentes, ¿es positivo?

R. Provienen de la misma madre, pero la idea de las franquicias viene del mundo de los negocios, no del mundo creativo. Como ambos tenemos que convivir, puede servir para que nazcan más cosas buenas compitiendo entre nosotros.

P. Su personaje se hace querer fácilmente. ¿Es por el hecho de que sea el único policía en un mundo de forenses?

R. Es el que establece la línea. Siempre hay un personaje que debe ser diferente en un grupo. ¡Y alguien tiene que capturar al malo! Mi personaje es un tipo normal entre tantos científicos, es el que se contrapone al mundo de la tecnología.

P. Ha evolucionado mucho; antes era más agresivo, como en sus conflictos con Warrick.

R. Sí, pero ésta es una serie de grupo y los personajes y los actores tenemos que adaptarnos a los demás. Cuando nos conocemos mejor, es casi obligatorio que el personaje evolucione; que no sea siempre el mismo da autenticidad al grupo.

P. ¿Hasta qué punto usted incorpora cosas a su personaje que no estén en el guión?

R. Yo colaboro en su trazado, pero desde mi trabajo como actor, en el día a día: es como crear un traje hecho a medida que, si no encaja bien, se modifica hasta que cae perfecto. Creo que he colaborado en que Brass sea más humano y tenga más sentido del humor.

P. ¿Qué significa para un actor poder trabajar al mismo personaje durante seis años?

R. Da la posibilidad de ser más meticuloso; permite que se vean los elementos que hacen que el personaje sea como es. Todos los compañeros de la serie hemos crecido ante el espectador y eso da credibilidad, es como mirar desde dentro a un grupo de amigos.

P. CSI es una serie con un contenido moral, defiende valores. ¿Es también una apuesta moral que huya de explotar el morbo de los forenses?

R. Siempre hay un reto moral en la esencia de CSI y siempre he creído que mi trabajo como actor era mostrar dilemas. Sin embargo, lo chocante de CSI es que casi se muestra más respeto por la ciencia que por el ser humano.

P. ¿Qué va a hacer el capitán Brass esta Nochevieja?

R. Él no lo sé, pero yo visitar con mi familia todos los museos de Madrid para comprobar cómo soy un actor pequeño entre tan grandes artistas.