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Sadam Husein muere en la horca

El dictador iraquí fue ejecutado al filo de las cuatro de la madrugada en Bagdad - Instituciones internacionales y ONG critican la sentencia - El reo pasó sus últimos días escribiendo cartas a su familia

Sadam Husein, el que fuera el hombre más poderoso de Irak, dictador implacable durante 24 años y responsable de miles de muertos y desaparecidos, fue ejecutado ayer en Bagdad al filo de las cuatro de la madrugada, hora peninsular española (6.00 hora local), según informaron dos cadenas de televisión iraquíes y un alto cargo estadounidense citado por The New York Times. Se cumplió así la sentencia dictada el 5 de noviembre por un tribunal especial. El ex dictador fue declarado culpable del asesinato de 148 civiles chiíes de Dujail en 1982, en venganza por un intento de magnicidio ocurrido allí. Ese atentado provocó una brutal represión. Sadam pasó sus últimos días escribiendo cartas a su familia. El jueves se despidió de dos hermanos, que dijeron que el reo, de 69 años, se encontraba bien de ánimo.

A medianoche de ayer, hora peninsular española (2.00 en Bagdad), se dispararon las declaraciones sobre el momento exacto del cumplimiento de la sentencia. Mounir Haddad, juez de la corte de apelaciones del Tribunal Supremo penal iraquí, que estuvo presente en la ejecución, señaló a esa hora que ésta era inminente: "Puede ocurrir en dos horas. Acaban de llamarme para que vaya", dijo.

Todos los documentos necesarios para cumplir la sentencia habían sido completados. Por la tarde se sucedieron las noticias contradictorias. Abogados defensores del ex dictador anunciaron que las autoridades estadounidenses habían entregado su custodia a las iraquíes, extremo que fue desmentido después por las estadounidenses.

La reacción internacional arreció en todo el mundo. La UE reiteró su oposición a la pena capital en una declaración realizada por la presidencia finlandesa de la Unión, así como España, Francia, Turquía, Chile, el Vaticano y organizaciones como la ONU y Amnistía Internacional. Hasta la extrema derecha europea expresó ayer su oposición. El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, declaró que nunca defenderá la pena capital ni siquiera "para el peor político".

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